A que me exilio

Apesadumbrado por el panorama, el lunes dos de mayo (día de la Independencia), el tío dio titular a todos los medios: «Como las cosas sigan así, me voy de España».

Jo, qué suerte

Imanol Arias está desmoralizado.

¿Y quién no, así se pare a pensar?

Pero Imanol puede ir lejos a desmoralizarse alejándose de estos ruidos en algún lugar afable... ¿y usted?...

Imanol está sulfurado y tiene una poderosa razón para estarlo: haber aparecido su nombre en los papeles de Panamá con su dinerillo en fuga, así que le cayó encima la autoridad tributaria con cepo de cazar osos, además de las oleadas de puyazos o arcabuzazos en redes, teles y papeles... o entre colegas, amigos o cuñados... normal.

Imanol está harto... y estalla en un arrebato fiscal como hizo Lola Flores cuando tuvo su gran lío con Hacienda.

Es su arte de la tragedia.

¡Me voy de España!

¿Cuántos siglos llevan los españoles diciendo esto... o soñándolo?, ¿y cuántos pudieron cumplirlo?...

Imanol alega que fue la gestoría que le lleva y le maquea su papelote fiscal la que sugirió y aparejó esa empresa-tapadera en la gloria panameña. Más o menos, como que fue engañado, que él no sabe nada, que se fió... normal.

¡A que me exilio!

Donde está tu tesoro está tu corazón, dicen los papeles bíblicos. Donde está tu dinero está tu patria y pasaporte, añade Sócrates: Imanol ya se había ido de España justo cuando puso su dinero a cruzar mares. Si ahora se fuera él detrás, ¿qué más perdería el país?, añade el profesor, o quizá lo gane, pues al menos los dineros que pilla en la tete pública no viajarán ahora más allá de Murcia o Compostela.

Aunque todo esto le sirve al pringao para decir que son todos iguales en el «dame cera, que soy cofrade» y que ver ahora rojillos con capitalillo panameño absuelve a los diez alibabás y cuatrocientos ladrones que están sentados hoy mismo en el banquillo procesal de la derecha; pero estos son patriotas y no dicen «me voy de España», jamás, ¿dónde encontrarían otro país que se deje robar así?