TOMÁS ARCONADA primer CANDIDATO gay a LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO
«Si no te critican, no ganas notoriedad»
cristina fanjul | león
Nada más verle, estás seguro de que sus primeras palabras van a ser parecidas a las de Ignatius, ya saben, eso de que se necesita teología y geometría, buen gusto y decencia, y esta impresión se acrecienta cuando pone en marcha su discurso. Porque, como ocurre con el personaje creado por John Kennedy Toole, el alegato de Tomás Arconada es contundente, aunque evita los extremos, característica que le aleja del Quijote de Nueva Orleans.
«Si no te critican, no ganas notoriedad», sostiene este leonés, que quiere convertirse en el primer candidato gay a la presidencia del gobierno. «Llevarme a mí de cabeza de cartel es nuestra fuerza y nuestra debilidad», argumenta, al tiempo que asume que no está ahí «tan sólo» por sus méritos intelectuales. «Soy consciente de que me han elegido por mi condición sexual», y añade que las ideas que aporta al partido también están detrás de su designación. ¿Como cuáles? «Son muchas. Hay que adoptar algunas leyes inglesas, por ejemplo. Si allí miras con desprecio a un homosexual, te pueden multar», asegura antes de defender un ‘corpus legal’ que concluya la adaptación de la transexualidad. «Las administraciones no tienen un cuerpo profesional especializado en LGTB», denuncia. Tomás Arconada asegura que el partido que le lanza al estrellato, Alianza de Centro Democrático (ALCD), nace de la refundación de UCD y del CDS. De hecho, el partido no solo copia el ‘genitivo’ sino que también toma prestado para su logo el verde y el naranja originales del partido de Adolfo Suárez. «Nuestros ideales son liberales de centro y nos concentramos en políticas sociales», asegura antes de precisar que ALCD tiene 600 afiliados en toda España, pero cuenta con colaboradores en México, Ecuador y Marruecos. «En nuestros estatutos, tenemos como causas principales el apoyo a causas LGTB, discapacitados, temas de acoso, protección de la naturaleza, etc», comenta. Aunque Tomás ya es perro viejo en esto de la política. Sus espaldas cargan con una mochila de experiencias difícil de igualar. «He creado al menos tres empresas, pero salieron mal. Además, tengo varios proyectos en marcha, como el periódico El altavoz digital , y soy autor de muchos libros de poesía, novelas de aventuras, novelas históricas, obras de teatro...» La última se llama Yo, Gaspar de Alejandría. La historia de un rey mago .
Un paracaidista
Pero, sin duda, su voluntad le orienta hacia la vida política. Confiesa que comenzó en esto de la res publica en el colegio, época en la que atemperaba su prurito con la participación en los consejos escolares. De allí, su salto a la política de la mano de la UPL. «Me presenté por la UPL en el 2011, como candidato a Bustillo del Páramo. Me votó poca gente porque allí llegué de paracaidista», recuerda. Cuatro años después, en mayo de 2015, regresaba a las calles de Astorga de la mano de Democracia Regionalista, el germen de su actual partido. «Sólo logré cien votos», lamenta. Y eso que renovó el marketing político convirtiendo su programa electoral en canciones, canciones que se difundían a través de un megáfono atado a un cochecito de bebé.
El partido no dispone más que de tres mil euros y 600 afiliados para la campaña electoral de toda España, pero creen que, gracias a los robots de marketing creados por el propio Tomás, realizarán una campaña íntegramente online. «Es un invento mío que logra hacer llegar la información electoral a todos los que nos siguen a través de las redes sociales», asegura.
«No creo que vayamos a conseguir mucho en estas elecciones, pero demostraremos que cualquier persona puede ejercer cualquier cargo público».