Los pediatras que miden el corazón
Premio a la investigación del equipo de Pediatría del Hospital de León por descubrir que los bebés que nacen con poco peso y engordan rápido tienen el corazón más grueso y riesgos de enfermedades cardiovasculares.
carmen Tapia | león
Tres de quince. Esos son los premios que la Asociación Española de Pediatría ha concedido al servicio del Hospital de León por un estudio «inusual» que ha descubierto que los bebés que nacen con bajo peso y engordan rápido en los seis primeros meses de vida tienen el corazón más grueso y de distinto tamaño, lo que les predispone a padecer enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
La sociedad científica ha concedido tres reconocimientos —un segundo premio y dos de los quince galardones a trabajos novedosos— al equipo de Pediatría del Hospital de León, seleccionado entre los mil trabajos presentados en el Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría celebrado los días 4 y 6 de junio en Valencia.
El pediatra del Hospital de León e investigador principal de un equipo de diez especialistas, Ignacio Oulego Erroz, califica de «inusual» el triple reconocimiento al Hospital de León, «porque somos un hospital pequeño que no tenemos los mismos medios para investigar que los grandes equipos nacionales».
Los tres trabajos premiados forman parte de un proyecto de investigación con financiación pública y privada que se lleva a cabo en el servicio de Pediatría del Hospital de León desde el año 2013 y que investiga la estructura y función del sistema cardiovascular en niños con retraso intrauterino. «Los niños que han tenido retraso de crecimiento intrauterino y que nacen con bajo peso tienen más predisposición para desarrollar hipertensión arterial, obesidad y diabetes en la edad adulta. Este fenómeno se conoce como programación fetal de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, se desconoce mucho sobre los mecanismos implicados», asegura Oulego.
Sin embargo, se desconoce mucho sobre los mecanismos implicados para que el corazón crezca y cambie de forma. «La novedad que aporta nuestro trabajo es que hemos observado que estos niños tienen alteraciones en la estructura del corazón y los vasos sanguíneos ya durante la infancia». En concreto, estos niños tienen una mayo masa cardiaca (hipertrofia) y mayor grosor de las paredes del corazón de los que les correspondería por su edad, tamaño corporal y presión arterial».
Además, en los niños con bajo peso que engordan más rápido en los primeros meses de vida estas alteraciones se acentúan y tienen una prevalencia de hipertrofia a los 7 años similar a la que se observa en los adolescentes con obesidad o hipertensión.
«Sabemos que la hipertrofia del corazón es un marcador importante del riesgo cardiovascular en los adultos». Sin embargo, el significado de esta hipertrofia en los niños «es incierto». «Nuestros resultados sugieren que el corazón de los niños con bajo peso al nacer tiene una tendencia natural a hipertrofiarse especialmente si estos niños son ‘sobrealimentados’ en los primeros meses de vida postnatal», explica Oulego. La conclusión es que los niños que nacen con bajo peso no deberían engordar demasiado rápido.
El pediatra enfatiza la importancia de la prevención de otros factores como la obesidad y la hipertensión con la promoción de hábitos saludables durante la infancia en los niños que han nacido con sobrepeso. «Hemos de tener en cuenta que entre el 5% y el 10% de los niños nacen con bajo peso, por lo que la prevención en esta población puede tener un importante impacto sociosanitario».
La Asociación Española de Pediatría agrupa a 9.000 pediatras y cirujanos pediátricos y su congreso nacional es el evento científico más importante de la especialidad de Pediatría con más de 2.000 participantes cada año.
El servicio de Pediatría de León ha obtenido tres de los quince premios otorgados entre más de mil trabajos presentados, incluyendo el segundo premio del Congreso. El investigador principal, Ignacio Oulego, pediatra del Hospital de León, destaca que los tres premios «son un reconocimiento muy importante a la labor de investigación de nuestro servicio. Hay que apoyar la investigación y hacerla compatible con la asistencia. Esto debe ser prioritario en cualquier hospital universitario que se precie de serlo».
El trabajo premiado recoge ahora sus primeras conclusiones, pero habrá más. «Cuando tengamos todos los resultados lo publicaremos en las revistas especializadas».
El equipo, formado por diez pediatras, cinco de ellos residentes, ha analizado la evolución de 300 niños nacidos en León con bajo peso hasta que cumplen los siete años. «Hemos estudiado la evolución de estos niños hasta que cumplen los siete años y todavía tenemos que continuar investigando».
El estudio, de tres años de duración, tiene una subvención de 60.000 euros de la Gerencia Regional de Salud, Asociación Española de Pediatría y la Sociedad Pediátrica de Castilla y León, Asturias y Cantabria.