Baibai, muñeca

Melimbes y Melambes se comieron un besugo; Melimbes, la cabeza; y Melambes, el culo... habló Gran Bretaña, firmó el libelo de repudio, sembró un pánico que sólo agitará rencores y dio pista de despegue a todo nacionalismo cantonal o de estado que late en Europa, pues «si se va el hermano listo, ¿no he de largarme yo también?»... ya lo anuncia Le Pen... y el holandés errático, el belga valón, el corso, el vikingo, Otegi, Josiño el del Bloque... ¿y Junqueras?... el doble, él juega en la liga escocesa, esa es su guión, pues ahora Escocia exigirá otro referendum y tendrán que dárselo, se desunirá del Reino Unido, solicitará su ingreso como nuevo estado en la Comunidad Europea recibiéndole Bruselas con zapatetas de júbilo y mandará a la Gran Bretaña al mismo sitio que la mandamos todos hoy, aunque con cortesía, «baibai, muñeca», que por nada han de perderse las formas. Junqueras se refocila con la noticia.

Pandora se ha dejado abrir la caja... y las piernas. Ensalada de truenos venimos comiendo desde el Brexit y el lector estará ya enfartucado con la monodieta. No insistamos. La caída del imperio romano no hizo tanto ruido. Pero el resumen del lío nos lo presta John Carlin en la radio: Ya desde la escuela se insiste a los ingleses en que son un país superior y una cultura adelantada, amos de la ciencia y los descubrimientos modernos, el país que libró a Europa de Hitler... o que fueron la primera democracia y cuna parlamentaria del continente, lo que les obliga a dar leciones a todos... ¡cuna del parlamentarismo!... ¿de qué me suena?...

John Carlin está aterrado, no se siente inglés, sólo londinense. El inglés profundo, el de campiña nobiliaria, el puritano que blasona o el pueblo revestido de trapo histórico para representar batallitas en las fiestas de su pueblo son la parte emocional y triunfadora de esta salida, a la que se sumó paradójicamente el voto de emigrantes ya instalados que ven delincuentes entre los nuevos emigrantes, apuntándose a cerrarles puertas. Esa ha sido la razón de peso en la decisión de pirarse. Cree el inglés que por estar en Europa se le llena la casa de indeseables.