CORNADA DE LOBO
Reburdia Europa
Si se va, que se vaya, que ya volverá, que dejó dos pichones a medio criar... no se va la paloma, no... no se va, que la traigo yo.
¿Traerla?... ni agarrada por el pichón o por los huevos. La tórtola se ha ido sin vuelta atrás. El Reino Unido pidió la hijuela y dio portazo. Adiós, muy buenas. Adiós, muy malas, replicó Europa. Y ayer hubo gran duelo.
La independencia inglesa trajo las clásicas tres fases que provoca la pérdida de alguien querido o necesario: negación... ira... y aceptación. Estamos en la segunda, que como mínimo durará dos años... y más, seguramente, porque no será fácil aceptar como animal de compañía a una Gran Bretaña borracha de historia, soberbia y hoolligan de gradas patrioteras que ha derrotado sólo por un pelo a la otra Gran Bretaña plural y sensata, mientras Sócrates encisca y pregunta: ¿puede ser mayoría quien sólo es la mitad y un pelo, imponiendo la totalidad de lo suyo a la otra mitad sin contemplaciones?, ¿no deben exigirse mayorías más claras en cuestiones de gravedad y trascendencia futura como ha sido esa británica petición de divorcio planteada de modo que nos suene a un claro ¡ahí te pudras!?...
El lector ya comprobó la nube de especialistas y profetas que cubre el cielo mediático estos días anunciando debacle y descomposición del sueño europeo, barruntando temporal total por el revoloteo de alas que los ingleses han prestado a todos los nacionalismos europeos (48, sin contar el de Cantalejo) y augurando más estertores financieros que obligarán a añadir prórrogas a una crisis que iba a terminarse ya y que, así, nos la resetearán de nuevo... qué bien, ahora habrá que pagar a los bancos por la burrada que perdieron en el hostión de la Bolsa.
No es plan. ¿Algún otro agorero?...
Faltaría más, Octavito se apuntó: Esto será bueno para todos, dijo ufano; sólo es fatiga conyugal; se arregla durmiendo cada cual en su rincón. Y lejos del contagio, la escaldada Europa aprenderá a enmendar cegueras; de este despecho nacerá la voluntad de armarse en nuevas razones. Con la grandeur del francés y la terquedad del alemán se sobra Europa... y que se joda el inglés.