Romper el silencio sobre el maltrato infantil
El teléfono Anar recibe mil llamadas al día Los psicólogos de este servicio son la puerta de entrada para lograr protección.
ximena hessling | madrid
El Teléfono Anar de Ayuda a Niños y Adolescentes es un recurso que favorece la ruptura del silencio sobre problemas de maltrato, acoso escolar, violencia machista, trastornos de la alimentación o ciberacoso.
Por ejemplo, hay llamadas como la de una adolescente de 15 años que recibe mensajes amenazantes a través de internet, una chica de 17 años víctima de violencia machista a manos de su pareja de 30 años o una menor que sufre abusos sexuales por parte de su hermano desde hace cinco años. La Fundación Anar atiende las veinticuatro horas del día todos los días del año varios números de teléfono de ámbito nacional, de Ayuda a Niños y Adolescentes (900 20 20 10), del Adulto y la Familia (600 50 51 52) y de Niños Desaparecidos (116 000), así como un correo electrónico. El servicio telefónico, gratuito y confidencial, es atendido por un grupo de psicólogos, con el apoyo de juristas y trabajadores sociales.
Los psicólogos escuchan a los menores el tiempo que sea necesario para orientarles en su problema y ayudarles a encontrar una solución. Ésta es «la puerta de entrada al sistema de protección al menor» y a todos los recursos sociales, educativos, sanitarios, policiales o jurídicos procedentes en cada caso, subraya el director de Programas de la Fundación Anar, Benjamín Ballesteros.
El teléfono del menor recibe más de mil llamadas al día, según su directora, Leticia Mata, quien indica que las comunicaciones se disparan en verano durante las vacaciones escolares y se incrementan por la noche. La violencia contra el menor es el motivo de más de la mitad de las consultas. «La gente maltrata a los niños, aunque esto no sirve para nada. Nos encontramos muchas marcas. Los atan o los golpean con el palo de la fregona o con un cinturón. Hemos tenido el caso de un menor que se quedó inconsciente por un golpe en la cabeza», señala.
Las llamadas al teléfono del menor permanecen ocultas en la factura, aunque la mayoría se producen a través de dispositivos móviles, por lo que, en casos de maltrato familiar, se les aconseja que las borren del registro.
El teléfono del adulto está dirigido a padres preocupados por el comportamiento de sus hijos, vecinos que sospechan de situaciones de maltrato a menores, profesores inmersos en problemas de violencia escolar o profesionales relacionados con la infancia.