El urogallo

Los urogallos mueren cuando se enamoran. Tan tajante y triste afirmación viene de que el pájaro, en su canto nupcial, por motivos psicológicos que todos podemos entender, ensordece y se ciega momentáneamente cuando está en el cúlmen del cortejo. Ese instante de éxtasis lo aprovechaban los cazadores: ¡pum! Los urogallos aprendieron que enamorarse es morir pero, claro, sin amor la especie quedó condenada por ello a la desaparición. Pero ¿se resiste alguien al éxtasis amatorio? Todos queremos ser urogallos aunque arriesguemos la vida.