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LA 'CONTRA' DEL DIARIO

Un helado por una sonrisa en El Cairo

En la ‘Gelateria Sociale’ los clientes pueden hacer felices a quienes no tienen posibilidad de disfrutar del dulce italiano.

El heladero Ambrogio Manenti, impulsor de la ‘Gelateria Sociale’ en el barrio de Maadi, de la ciudad de El Cairo. EDU MARÍN

Publicado por
León

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edu marín | el cairo

Inspirado en el café sospeso (pendiente), tradicional de la ciudad italiana de Nápoles, el médico jubilado Ambrogio Manenti abrió en diciembre del pasado año esta solidaria heladería en el barrio de Maadi, que cuenta con unas partes acomodadas y otras más desfavorecidas. «Vendemos el helado a 14 libras (1,6 dólares o 1,4 euros), dos bolas. Al mismo tiempo, en la tienda hay un árbol y si uno es muy generoso, puede comprar uno para sí mismo y otro lo pone en el árbol (en forma de cartulina). Los niños de la calle pasan y, si hay helados en el árbol, les entregamos uno gratis», explicó a la agencia Efe Manenti.

No solo los más pequeños se benefician de esta iniciativa, sino también personas mayores como Mona, una mujer viuda y sin familia que, algo avergonzada, agradece la labor del italiano y sus compañeros mientras saborea su helado gratis. «Me gusta mucho (el proyecto) porque hacen una buena obra, hacen el bien. Empatizan con la gente humilde que no tiene dinero», declara. Aparte del helado sospeso, la labor solidaria de Manenti va más allá de las puertas de la Gelateria Sociale. El italiano y sus cuatro jóvenes trabajadores egipcios recorren también las calles más pobres de Maadi para vender sus helados al más que módico precio de 1 libra egipcia (0,11 dólares o 0,09 euros).

Cuando el calor da un respiro, lo hacen con un carrito al más puro estilo tradicional. Cuando no, se desplazan en coche hasta un punto donde saben que las decenas de helados desaparecerán en cuestión de minutos. «Los que pueden pagarlo, lo pagan (el helado), los que pueden pagar menos, pagan menos y los que no pueden pagar nada, no pagan nada, pero todos lo tienen», explica Manenti. Justifica sus motivos para lanzar su proyecto en la creciente desigualdad que, según él, invade un mundo en el que «los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres».