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Los cirujanos de los instrumentos musicales

Músicos de todo el mundo recurren a los profesionales de León para que ‘sanen’ sus instrumentos musicales. Reparan, restauran y construyen. Dos luthiers de León reivindican una profesión alejada de trabajos aficionados y subvenciones.

Luis Ángel González, en El Tallerín en la calle Varillas, donde se ha instalado como luthier de instrumentos de cuerda. SECUNDINO PÉREZ

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León

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carmen Tapia | león

Fagotes de la Filarmónica de Londres viajan a León para recuperar sus graves sonidos. El taller del leonés Enrique Pernía se ha convertido en uno de los ‘sanatorios’ más conocido internacionalmente para la reparación de instrumentos de viento. El 90% de aerófonos que llegan a las manos de este ‘luthier de viento’ proceden del extranjero. «En Inglaterra somos ingenieros y en España no está reconocida como profesión». En León sólo hay dos talleres dedicados exclusivamente a esta actividad y apenas media docena de profesionales tienen una titulación específica que han logrado tras su paso por el Newark and Sherwood College de Inglaterra. El leonés Enrique Pernía Pérez fue el primer español en conseguir esta titulación. Tras superar tres años de formación se diplomó como constructor y reparador de instrumentos de viento en la especialidad de viento/madera. Veintidós años después, los especialistas titulados en esta materia no superan la veintena en todo el territorio nacional. «León es la bomba», dice. Y lo dice porque superan la media nacional «pese a que casi no hay músicos de nivel».

Músicos de las grandes orquestas de Alemania, Inglaterra y Portugal buscan en las manos de Pernía las de un cirujano que repare, restaure y ponga a punto el instrumento con el que después el sonido se convierte en arte. A su profesionalidad han recurrido directores de orquesta como Jaime Martín, flautistas de Frankfurt y aerófonos de Portugal, Córdoba y Sevilla. «Pocos de León, aquí hay poco movimiento», asegura. «Si estamos aquí no es por negocio es porque es nuestra vida». Pernía contribuyó a la formación de la Asociación de Técnicos Instrumentistas de Viento en España, de la que fue presidente, proyecto que no llegó a cuajar por la escasez de profesionales en la materia. Es una profesión minoritaria.

Profesión inexistente

En el Newark and Sherwood College de Inglaterra estudió también otro leonés. Pablo Jesús García de Vadillo es afinador y restaurador técnico de pianos. «Tenía claro que quería un oficio relacionado con la música y me fui a Inglaterra para sacar un título que no está reconocido en España. Investigando me di cuanta que mi profesión dejó de existir después de la II República porque antes sí existía». Pablo Jesús se dedica en exclusiva a esta profesión, aunque en León hay más conocedores de la materia en las tiendas de venta de instrumentos musicales. «Afino una media de tres pianos al día».

El luthier Luis Ángel González, de 38 años, no ha estudiado en Inglaterra pero conoce todos los secretos de los instrumentos de cuerdas. La ausencia de estudios oficiales en España le ha llevado a formarse por su cuenta «Las ganas y el criterio es lo más importante», asegura. El Tallerín, en la calle Varillas, es el único de León dedicado en exclusiva al oficio de luthier. Luis Ángel está especializado en la reparación, restauración y ajuste de instrumentos de cuerda pulsada, acústicos o electrónicos, y en la construcción de guitarras españolas de concierto. «Mi profesión es ésta. Lucho porque la artesanía esté reconocida como un trabajo sin necesidad de vivir de subvenciones ni de un segundo empleo». Siempre ha estado en contacto con la música. «Cuando descubrí lo que era un luthier, con 15 años, me quedé impresionado porque aúna la música, la madera, el arte y la tradición y aspectos técnicos como la acústica». Luis Ángel reivindica el oficio. «Se considera artesanía a cualquier cosa manufacturada y no se tiene criterio a la hora de reconocer nuestro trabajo». Los clientes le llevan instrumentos para ajustar o reparar, aunque también ha hecho guitarras. «Las guitarras de conciertos que construyo me las encargan guitarristas de otras comunidades o países como Francia o Estados Unidos. En el extranjero se valora mucho más la guitarra española de luthier, ya sea clásica o flamenca». Sus guitarras van dirigidas a músicos profesionales o alumnos de conservatorio que necesitan unas cualidades sonoras que no se encuentran en las guitarras de fabricación en serie. «Para mí, la guitarra española es un instrumento perfecto, y mi favorito».

Carlos García, de Villablino, ha terminado sus estudios en la Newark College como técnico de instrumentos de viento. «Hay mucho que aprender, Me gusta porque trabajas con las manos. Te haces cargo de un instrumento que está roto y lo reparas para que siga sonando perfectamente. Es muy bonito».

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