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Publicado por
pEDRO TRAPIELLO
León

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Admirable es el vejete que va más a tiendas de deportes que de ortopedias. Ya es estampa urbana incluso en esta ciudad pueblona. Velo ahí con zapatillas de marca, bermuda sahariana, gorra de los Knicks... y colorines sin duelo, modo chándal... se lo pone una tía y la llaman poligonera, pero aquí el abuelo suele caer simpático... o anda el tío más salido que un balcón, que los hay y se perfuman.

Toda ropa es un mensaje.

Fidel Castro cumplió 90 con solemnidad teatral en el Karl Marx de La Habana ante cinco mil almas y palmas agradecidas. Compareció embutida su flacura en ropa juvenil, verdesmeralda era el polo y chaqueta de chándal blanco, perfecto uniforme de jubileta anticastrista en Miami. Tan juvenil era el mensaje de su ropa, que desesperó otra vez a quienes llevan décadas rezando por su muerte y estrellando su plegaria contra alguna barricada del Cielo... al igual que se estrelló la inteligencia norteamericana tantos años planeándole atentados mortales... para nada.

Y ahí estaba Fidel, en medio de sonrisas y adoraciones, aunque con la cara triste y algo ida de quien se aburre o se duele en su lenta postrimería.

Sin embargo, un detalle nimio de esa gloriosa jornada revela que a Fidel le queda cuerda: tiene nuevo sponsor, adiós a su chándal «adidas», lucía un «puma» con logos descarados, ¡la competencia!, admirable giro de una marca a otra del imperialismo deportivo, como los famosos, cambiando de patrocinador porque le suben la morterada... caray con el infiel Fidel superando su adición a las tres rayas de la que fue su marca en la última década... y ahora nos viene en puma... ¿es tiempo del felino americano?... ¿y no es humillante que en sus finales hagan del mito un maniquí de marca?... o es que quizá acabó hasta el gorro de su monotraje verdeoliva y se vengó... no lo parece, aquí hay gran pasta en juego y sin duda su entorno no está dispuesto a perderla, aunque firmen el ridículo al vestirle de esa guisa en la solemnidad de aquel teatrón tan lleno.

Ahí lució el puma infiel... numerao, numerao, viva la numeración...

¿Cuánto cobrará el tío?...

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