Pastorear versos
M añanita paseada por Oporto. Arde el sol y maldices lo empinado de sus cuestas. Es una ciudad en la que todo es rampa o escalinata de mil pares de peldaños, pero eso permite paraditas regulares para así mascar mejor el ampuloso o recoleto paisaje urbano que ofrece a cada paso esta ciudad que lo tiene casi todo y te obliga a volver... obrigado ...
Pero de lo mucho que tiene elijo una coquetería, la «Livraria Lello e Irmäo», la librería más guapa del mundo para Vila Matas, aunque para The Guardian es la tercera. Pero es «lo más» entre las pocas librerías que te abrazan; y esta lo hace antes de entrar; es modernista, neogótica, proto-deco, de maderas nobles, exagerado el gusto, luminosidad en su penumbra... y lo que busca la mayoría: la escarela caracola, no caracol, con un velador en su piso alto donde se puede tomar café mientras se ojea un libro... o se podía, porque esta vez ni lo intentamos al ver una marabunta de turistas haciendo cola, cientos y cientos, dos horas de espera para entrar y hacer fotos... rehusamos y volvimos a maldecir, esta vez al Harry Potter que ha puesto esta joya librera en el foco del turismo de masas.
A la vuelta no hubo mejor noticia para viajar de nuevo a los libros: «Antonio Colinas será este año el Pastor Mayor de los Montes de Luna »... y le daremos la bienvenida a ese belén de pastorcicos en la fiesta a celebrar mañana en Barrios de Luna. Bien.
Falta le hacía un poeta a la reunión. Venga bucólica virgiliana para el pastor, el segundo oficio más viejo del mundo... venga la mirada serena y honda del poeta bañezano, su son alejandrino, sus fuentes que manan en la tierra que le parió y en la historia que desengaña (Sepulcro en Tarquinia) ... la voz que nace en el pueblo-árbol y acaba haciendo ecos en el templo de un Poseidón ibicenco... Colinas es necesario... y en este tiempo atribulado, volver a su poesía te permitirá una medicinal fuga de la rutinaria zozobra nacional que deprime o encabrona... en fin, Colinas pastorea sus versos en prados de altura... por eso no estará nunca de gran moda... y por eso jamás pasará de moda... léele en un monte... y verás.