La vuelta al cole, un incordio para la espalda
La mochila escolar adquiere una importancia especial en el regreso a las aulas de los más pequeños. El buen uso de este indispensable accesorio evita problemas de espalda a largo plazo. El excesivo material escolar y los hábitos sedentarios son otros factores perjudiciales.
luis salvador | león
Septiembre es el mes del regreso a las aulas, de los deberes y de los reencuentros con los amigos tras las vacaciones de verano. En resumen, de la rutina. Los colegios de León abren hoy sus puertas a los niños de educación infantil y primaria para iniciar un nuevo curso o para dar sus primeros pasos de su trayectoria escolar.
Las mochilas son un accesorio escolar indispensable para la vida diaria de los alumnos, el cual supone una carga en la espalda debido a la cantidad de libros que no siempre se toma en consideración. La vuelta al cole supone un esfuerzo extra para cualquier familia, pero no todos los problemas son económicos.
El correcto uso de las mochilas adquiere una especial importancia en los niños, todavía en pleno desarrollo de su columna vertebral. Las costumbres equivocadas también juegan una mala pasada a la espalda. Algunos casos son el transporte de la mochila en un único hombro o las correas poco ajustadas, provocando un mayor esfuerzo de los músculos y una sobrecarga innecesaria. La mochila debe ir bien ajustada a la zona lumbar, y los libros de mayor volumen en la parte más cercana al cuerpo para que exista un reparto más equitativo del peso.
Otro aspecto importante es el tamaño de la mochila. Es aconsejable que sea equivalente al niño que la transporta. Aunque parece una evidencia, pero muchos padres no lo valoran a la hora de su compra.
Tampoco es conveniente portarla durante más de quince minutos seguidos. Se recomienda un descanso para evitar cargas musculares excesivas.
En cuanto a las mochilas con ruedas, recomendadas por los especialistas, también pueden afectar a la espalda si no se manejan de la forma adecuada. En este caso, lo correcto sería empujar en vez de tirar de ella.
Los expertos consideran que una de las claves es el ejercicio físico, vital para evitar muchas dolencias físicas a largo plazo. La práctica de su deporte preferido es una de las mejores soluciones para cualquier niño.
Sin embargo, los expertos aseguran que en la actualidad muchos jóvenes realizan una vida cotidiana sedentaria. Los videojuegos, la televisión, el móvil o los ordenadores ocupan gran parte de su tiempo libre. Cada vez es mayor la afición a los dispositivos electrónicos en detrimento del deporte.
Estas aficiones pasivas impiden el desarrollo óptimo de la musculatura y, por lo tanto, la columna vertebral pierde protección. Todo ello deriva en una mayor facilidad de sufrir lesiones lumbares.
Tanto la Organización Médica Colegial (OMC) como la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) han llevado a cabo la decimosexta edición de la campaña de prevención del dolor de espalda entre los escolares españoles, con el lema «Muévete para que no te duela». Ambas organizaciones esperan concienciar a la sociedad infantil sobre la importancia del ejercicio físico. Cabe resaltar que la efectividad de la campaña a lo largo de los años ha sido sobresaliente.
Por otro lado, el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud en 2015 indica que el 12,1 por ciento de los niños menores de 14 años no realiza ninguna actividad física fuera del horario escolar.
Pero no todos las soluciones deben ser tomadas por los niños y sus padres. Los colegios también tienen parte de la responsabilidad en este problema que afecta a tantos jóvenes cada curso y que tiene posibilidades de incrementarse considerablemente en un futuro.
Los profesores adquieren una gran importancia en la corrección de los malos hábitos. La reducción del material escolar es otro de los asuntos todavía pendientes. Si bien el peso recomendable de la mochila adecuado debe ser el diez por ciento del peso de la persona, la OMC asegura que en numerosas ocasiones se alcanza el treinta por ciento del peso corporal, es decir, el triple de lo aconsejado.
El mobiliario de las aulas también influye notablemente. Algunos alumnos no siempre disponen de pupitres y sillas acordes a su altura por falta de recursos en el colegio. Muchos estudiantes se tienen que adaptar a incómodas situaciones.