El retablo de la liberación
Cerezo Barredo, famoso por sus murales en América Latina, pinta seis tablas para San Antonio de Padua.
ana gaitero | león
«En el juicio final no va a contar si vamos a misa ni que pertenezcamos a muchas cofradías de Semana Santa, sino el amor que hayamos mostrado por los pobres del mundo, los nadie, los excluidos, los que tienen hambre, los enfermos, los que tienen sed, los refugiados y los inmigrantes... ese es el tema de las seis pinturas». Así explica el claretiano Cerezo Barredo el retablo que ha pintado para la parroquia de San Antonio de Padua, situada en Armunia, en el cruce de la carretera de Zamora con la de Astorga, y que mañana será inaugurado por el obispo de León, Julián López. Inspirado en el versículo 29 del evangelio de San Mateo, las seis tablas se han colocado a izquierda y derecha del Cristo crucificado que preside el templo porque «el Dios que aparece en ese texto de San Mateo, es el Dios escondido, el que se identifica con los pobres», añade.
Hoy, a partir de las 19.30 horas, ofrecerá todos los detalles de las seis tablas, pintadas con vivos colores, en una charla organizada por la parroquia atendida por el salesiano Juanjo Ruiz, que cumple sus bodas de oro como religioso.
Cerezo Barredo, conocido como el «pintor de la liberación», es autor de más de 100 murales en varios países América Latina, de norte a sur, donde realizó su labor pastoral durante 35 años, desde el año 1970 hasta el 2005. El mural de San Antonio de Padua lo ha realizado altruistamente.
Nació en Villaviciosa, Asturias, hace 84 años y cambió la enseñanza y la atención religiosa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando por la dedicación a los más necesitados. «La opción por los pobres marca el contenido fundamental de mi obra en América Latina. Fui a América a transmitir algo, un poco como los conquistadores, y con el tiempo te das cuentas de que recibes más, aprendes», explica el pintor-sacerdote.
La teología de la liberación, apunta, ha incorporado a una nueva pobre en su evolución histórica. «Se trata de la Tierra: la preocupación ecológica por el planeta está presente» en la teología de la liberación, sobre todo en la corriente de Leonardo Boff.