Viene robando

Te regalaron ayer una hora, ¿lo notaste?, ¿en qué la aprovechaste?, ¿te cundió o fue otra hora rutinaria y plasta como mandan los domingos de octubre?... o peor: te regalarían una hora, sí, pero a media tarde tenías toda la sensación panoli de que te la habían robado sin percatarte de ello... ¡jo, qué día más corto!...

Los socialistas lo tuvieron peor ayer, les robaron el domingo entero... no lo disfrutaron al iniciar oficialmente el «Viacrucis de Iscariote», el del traidor a quien ponen a la espalda una cruz... o una equis, ándele, por dar «una de cal» y otra de arena (Rufián dixit), viacrucis que durará un largo tiempo robándoles la moral, la paz interna y la compostura externa, lloviéndoles hostias como panes a diestra y a siniestra (bueno, a diestra ya no tantas, favor con favor se paga) y sangrándoles aquí o allá la fuga de razones y votos... ¡como para agradecer que les dieran ayer una hora más de suplicio!...

Otoño es la estación de apañar y del robaperas. Se abre la veda.

Los populares robaron el «no» a los socialistas haciéndoles decir ahora «y yo qué sé», mientras les roban también los pablistas su viejo catecismo de antes de Suresnes como quien le coje el testigo a un apóstata del genuino socialismo... y los riveristas que abrieron sus huertos a los populares ven cómo ahora les roban a ellos las peras y no saben quiénes (¿tendrán que ir de nuevo a Google para averiguarlo?)... los izquierdistas unidos se sienten también robados por los pablistas, pero se han dado cuenta de que ellos mismos les abrieron el portón y por eso el viejo pecero no lo llama robo, sino venta.

Los frutos maduros caen de su árbol en otoño y el nogal que está en el lindero volando sus ramas sobre la parcela contigua verá cómo el vecino se adelanta a sacudirlas para le caigan al bote... ¡bote!... y al castaño que el socialista acabó arrimando a la esquina no dejarán de sacudirle el moño su vecino pablista por un lado y el riverista por el otro... ¡bote!... «unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces», decía Arzallus haciendo un guiño a los vareadores etarras... el otoño roba... y anima a roedores y rateros.