Diario de León

«Cuando bebía alcohol viví mi destrucción»

Pasar de cinco vasos diarios es caminar sobre la cuerda floja. El 25% de los ingresos en Medicina Interna están provocados por el exceso de consumo de alcohol, un hábito que lleva a tres jóvenes a Urgencias cada fin de semana. El Día sin Alcohol, el 15, sirve para concienciar sobre la cuarta causa de muerte en España..

Aurelio Gil Cardeña, ayer en la sede de la Asociación de Alcoholicos Rehabilitados, donde es secretario. F. OTERO PERANDONES

Aurelio Gil Cardeña, ayer en la sede de la Asociación de Alcoholicos Rehabilitados, donde es secretario. F. OTERO PERANDONES

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carmen Tapia | león

Veinticinco de cada cien camas de Medicina Interna las ocupan enfermos alcohólicos. Parece sólo una estadística, pero detrás de los números hay familias que viven un infierno. El alcoholismo es la cuarta causa de muerte en España, una enfermedad que muestra su cara más violenta no sólo en el comportamiento destructivo de quien la padece, sino en el engaño camuflado con manifestaciones de «intensidad, arrojo, valentía y camaradería». Así lo recuerda Aurelio Gil Cardeñosa, de 56 años, ahora secretario de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de León (ARLE), un superviviente que lleva doce años abstemio. «A los 18 años descubrí que cuando tomaba alcohol mi vida era más alegre. Necesitaba tomar copas por la mañana para ponerme a funcionar», recuerda. Los 18 años fueron para Aurelio el principio de su destrucción. «Entré en la Legión. Estuve en el Sáhara y Fuerteventura dos años. Todo el entorno bebíamos. Me daba arrojo y me sentía más valiente». Pero tras licenciarse, el alcohol se convirtió en una necesidad enfermiza. «Por la mañana, antes de trabajar, necesitaba tomarme tres ‘sol y sombra’, luego varios vinos a lo largo de la mañana, cerveza al medio día y por la tarde cubatas de Larios. Todo mi entorno se daba cuenta de que tenía un problema, pero yo nunca lo admitía y echaba la culpa a los demás». Un comportamiento común a todos los enfermos que no se dan cuenta de que lo son.

El martes día 15 se celebra el Día sin Alcohol. ARLE, Ayuntamiento de León, médicos, psiquiatras y pacientes recuperados o en proceso de curación se movilizan para advertir de los riesgos del exceso del consumo de alcohol, un hábito socialmente aceptado al que los especialistas ponen números de alarma. 60.000 millones de gasto sanitario en España, el 20% de las consultas que llegan a urgencias, el 25% de los suicidios y el 30% de los accidentes de tráfico tienen como consecuencia el exceso de consumo de alcohol. Según la Jefatura Provincial de Tráfico de León, hasta el 30 de junio de este año se habían sancionado a 578 personas en la provincia por superar la tasa de alcoholemia cuando iban al volante, infracciones que llevaron aparejada la retirada de 2.658 puntos del carné.

El jefe del servicio de Urgencias del Hospital de León, Félix Cañón, asegura que cada fin de semana se atienden en este servicio a una media de tres jóvenes por exceso de alcohol. «Afortunadamente, este año no ha habido problemas con las novatadas y el botellón, como ocurrió el año pasado».

ARLE atiende actualmente a 122 enfermos alcohólicos y 51 familias, «pero hemos notado un cambio de perfil significativo. Aunque la media de edad es de 46 años, tenemos personas con 24 años».

El botellón es un patrón de consumo que favorece la ingesta masiva en un fin de semana, «pero para que haya un problema de alcoholismo se tienen que dar otros patrones añadidos como el entorno familiar y las características personales», asegura Marta Prieto, trabajadora social de la asociación.

Aurelio describe tres fases de la enfermedad. «La primera es la de pensar que el alcohol es tu amigo, luego llega la etapa de la autodestrucción. El alcohol estaba tan metido en mi que lo necesitaba a todas horas. Y luego la de la superación». No es un camino fácil. «He recaído tres veces. He estado tirado en la calle, pidiendo. He sufrido delirium tremen. Lo sufrí durante tres días. Veía bichos y oía voces. Fue un infierno. Me di cuenta de que podía morir en una cuneta. No tenía interés por nada. Lo superé con la ayuda de la asociación y ahora mi vida ha cambiado». Todos estos años de terapia le han enseñado a que no hay medias tintas. «No puedes beber nada, no hay que engañarse».

En la unidad de Hígado y Alcohol del Hospital de León están bajo vigilancia 229 pacientes. «Estamos utilizando un método de diagnóstico/pronóstico. Después de hacer un estudio a los pacientes que llegan crónicos, les decimos las posibilidades de muerte que tienen si siguen en esa línea. Con esta técnica hemos conseguido un 70% de curación. 170 ha dejado de beber».

¿Pero cuál es la cantidad máxima de alcohol que se puede beber sin riesgo para la salud?. Llor lo sitúa en los 30 gramos. Cuatro vasos de vino como mucho. «A las mujeres les pido analítica cuando me dicen que beben más de dos vasos diarios y a los hombres a partir de 3 vasos. «La sociedad fomenta este hábito y hay que sensibilizar a la población para evitar este problema. La gente joven, con el botellón, no son crónicos, pero pueden llegar a serlo».

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