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RETRATOS CALLEJEROS

Una herencia solidaria que deja huella en casa

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León

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carmen tapia | texto

f. otero perandones | foto

Juani Pérez recibió de su padre una herencia solidaria. La de volcarse con el Banco de Alimentos. Desde hace diez años se ha convertido en la cara más visible de la oenegé que reparte comida a mil familias de León. Es la secretaria provincial y coordina los almacenes y a las personas voluntarias. Desde la muerte de su padre, Gilberto Pérez Recio, el 14 de mayo de este año, la presidencia del Banco de Alimentos de León está vacante. La junta directiva ha decidido darse un tiempo para la elección de su sustituto. «Los cargos son cargas», dice, «no es fácil buscar un presidente. No hay candidatos, es quien la junta directiva considera que puede hacer mejor ese trabajo». Mientras tanto es el vicepresidente, Secundino de Andrés, el conductor de la furgoneta que reparte los alimentos por la provincia, el que ha asumido ese papel.

Nadie cobra en el Banco de Alimentos. Juani compagina su labor solidaria de 09.00 a 19.00 horas con el cuidado de una familia numerosa. Tiene 49 años «y una gran familia». «Me metí en el Banco de Alimentos en el año 2006, cuando empezó el reparto de los excedentes europeos, una coordinación del trabajo que también hace Cruz Roja. Lo hice por mi padre y me ha enganchado poco a poco. Soy una mujer muy currante. Ahora ya no podría vivir sin colaborar con el Banco de Alimentos. No sé cómo saco tiempo, pero lo saco. Mi padre siempre me decía que si quería que algo se hiciera se lo encargara a alguien que está muy ocupado porque siempre sacará tiempo para hacer las cosas».

Además de la Gran Recogida en noviembre, que superó en León las previsiones de otros años, Juani se encarga de coordinar el reparto de los 100.000 kilos de alimentos que llegan de la Unión Europea cada tres meses.

Acepta las críticas, pero no las comparte. «Hay gente muy pobre de espíritu. Esas cosas son las que nos duelen. La pobreza no siempre es económica, sino de cultural. Nosotros ayudamos a las personas que nos derivan de los Ceas. Si conseguimos llegar a cien familias necesitadas ya ha merecido la pena».