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CHAOUQUI AIREA LOS SECRETOS DE MONSEÑOR

Juicio final a Vallejo Balda

«He sido fiel hasta el final al papa». La asistente del sacerdote condenado por traicionar a Francisco cumplió ayer sus amenazas y presentó ‘En el nombre de Pedro’, libro en el que desvela secretos que conoció durante su etapa como ayudante de Lucio Vallejo Balda en la comisión de la Cosea sobre la organización de la Curia Romana

Francesca Chaouqui con la iglesia de San Pedro del Vaticano al fondo, a su llegada a una de las sesiones del ‘Vatileaks’.

Publicado por
León

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DARÍO MEBOR | roma

«He emprendido este camino para tener más contactos, más influencia y un cuadro más claro de la realidad misteriosa del Vaticano». Francesca Chaouqui, condenada el pasado julio a diez meses de cárcel con suspensión de la pena por filtración de documentos confidenciales en el llamado ‘Vatileaks 2’, se confiesa en un libro que se publicó ayer en Italia y que podría provocar la apertura de un nuevo juicio en el Vaticano. Como la propia Chaouqui adelantó en una entrevista concedida a Diario de León el pasado mes de septiembre, la relaciones públicas italiana revela en Nel nome di Pietro (En el nombre de Pedro) algunos de los papeles reservados a los que tuvo acceso durante el tiempo en que formó parte de la Cosea, la comisión creada por el papa Francisco para estudiar las cuentas y la organización de la Curia romana. La Justicia vaticana estudiará con detalle esos documentos para comprobar si se ha cometido un delito con su publicación. «Si tienes amor a la verdad, en la vida tienes que correr riesgos. Para mí era intolerable que la verdadera historia de lo que ocurrió estuviera tapada por una nube de humo con la que se intentaba hacer ver que yo quería hacerle daño a la Iglesia. Con este libro muestro que he sido leal hasta el final al Papa», explica en una entrevista con este diario Chaouqui, que es bien consciente de que el Vaticano podría enjuiciarla de nuevo. «Si quieren hacerlo, allá ellos. No pienso acudir al aula. Si luego me condenan, tendrán que ponerse de acuerdo con el Estado italiano para meterme en la cárcel». Pese a esta actitud desafiante, la autora sostiene que no ha violado ninguna clausula de confidencialidad pues, según ella, se extinguió el pasado julio al cumplirse tres años del inicio de los trabajos de la Cosea. En el libro está presente de forma continua el sacerdote riojano Lucio Angel Vallejo Balda, quien introdujo a Chaouqui en la Cosea y que también fue condenado en el caso Vatileaks 2. Le cayeron 18 meses de cárcel. Cumplió la mitad de ellos, ya que el pasado 20 de diciembre el Papa le concedió la libertad condicional, aunque dejando claro que ya no tenía vinculación alguna con la Santa Sede y que quedaba bajo la autoridad del obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ya que está incardinado en esa diócesis leonesa.

Seguridad del papa

Chaouqui ofrece más detalles en Nel nome di Pietro de un extraño episodio al que ya hizo referencia durante el juicio por el Vatileaks 2: Vallejo habría introducido en el Vaticano a dos miembros de los servicios secretos españoles para que evaluaran el dispositivo que protege al Papa cuando se encuentra en el Palacio Apostólico o en la Domus Santa Marta, la residencia donde vive. El libro ofrece la primera página del supuesto informe que los espías de nuestro país le entregaron al sacerdote riojano sobre la seguridad de Francisco, al que se refieren como ‘Objetivo alfa’. El documento tiene tachadas sus partes más sensibles, por lo que no puede saberse cuál fue la valoración que los agentes realizaron de los controles que hacen la Guardia Suiza y la Gendarmería Vaticana. Según Chaouqui, el texto no está redactado en castellano, como podría esperarse, sino en italiano porque este idioma, junto al inglés, era el que se usaba en la Cosea. «Vallejo pidió ese informe como secretario de la comisión y luego decía que lo iba a presentar a la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Por eso también tenía que estar en italiano». Aunque ha perdido la confianza del Papa y se ha convertido en una apestada para muchos en la Santa Sede, Chaouqui no siente que su contribución fuera un fracaso y así trata de demostrarlo en el libro. «Fue muy doloroso desde el punto de vista personal, pero Dios me mandó esa tarea por un motivo. Si no hubiera estado allí, tal vez la reforma de los medios de comunicación no se habría llevado a cabo y se hubiera formado el Vatican Asset Managment (VAM)».

Encargada en la Cosea de estudiar la situación de los medios vaticanos, la relaciones públicas se considera inspiradora de la reorganización que ha llevado a cabo en este área Francisco con la creación de la Secretaría para las Comunicaciones. También reclama parte del mérito de que el Papa descartara la creación del VAM, un organismo para gestionar en solitario los títulos y obligaciones de las diversas instituciones vaticanas, cuyo valor se estima entre 9.000 y 10.000 millones de euros. Chaouqui ofrece en su obra una inquietante interpretación del nombramiento del cardenal australiano George Pell como prefecto de la Secretaría para la Economía: según su experiencia en la Cosea, se trató de una estrategia para conseguir sacarlo de su país y evitar que fuera procesado por los abusos sexuales a niños cometidos por sacerdotes que estaban bajo su responsabilidad.

La autora no ahorra detalles sobre las tendencias sexuales de Vallejo: escribe que le confesó que le atraen las mujeres, pero se siente cohibido porque «en ellas ve el rostro de su madre. Con los hombres es diferente, no siente que le traicione». Incluso cuenta que durante sus primeros nueve meses en Roma, el cura riojano convivió con su amante, al que presentaba como su mayordomo.

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