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Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Melancolía le vino a ese abuelo rojo (muy popular en su residencia por reír y rehusar la quejumbre que alfombra pasillos y comedores) al ver por la tele los espolones y desplumes de la asamblea de Podemos, que por celebrarse en plaza de toros brindó lucimiento a los errejoneadores, picapablistas y algún monosabio metido a estoques.

Fue una corrida en toda regla con final agrifeliz, eufórica unidad humilde y retórica humildad unida que sonó a «si, pero ya veremos; ahora podemos». Hubo escenografía fina, decorados de convención y algo inédito en este tipo de ferias políticas, ¡un músico dándole al teclado para intercalarse en los silencios del discurso y meter acordes al entusiasmo!, tal cual esos que ponen en los estadios americanos para enardecer el fervor del público en las pausas o intermedios del partido... les dio juego aquí ese jaleador del piano... pero le dejó temblando al abuelo: no tardando será moda eso en mítines y congresos como si fuera un disyeic de fiesta pif... alerta: las técnicas de plató de televisión se adueñarán de la arenga y la homilía... música, maestro.

Abajo, en el palenque, se anunciaba pelea. Desplumado salió un gallo con un errejonazo al canto, el espolón roto y la cresta gacha. Calló el kikirikí del gallo. Ahora toca que suene en la portavocía el kakaraká de la gallina.

Y una buena noticia: hubo oratoria bordada y recamada en el ambón de oficiantes podemistas (esto sí lo agredeció mucho el abuelo). La política española no tiene oradores de verbo redondo y quiebros ágiles, ni nadie inflama corazones con los dardos encencidos de una dialéctica parlamentaria brillante, pero ahí apuntan Errejón e Iglesias con su pico breado en algarabías académicas y barnizado en lecturas. Se agradece que no lean sus discursos como ya es norma en todos estos políticos de rastrojo que tienen negros para bordarles sus palabras de esparto, gabinetes de prensa que les amañan la gracia y ruedas de prensa donde no se atreven a abrir la boca.

Enfrente, en el congreso del PP, no hubo gallos ni peleas. Las gallinas cacarearon a coro y pusieron huevos.