Diario de León
León

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Hablo de los deberes escolares con un profesor de Economía y me dice que son la prueba de que la igualdad de oportunidades de los niños no es real. Piénsenlo. Sé que se trata de un tema poco o nada popular, pero deberíamos, como sociedad, darnos cuenta de que temas como este son los que forjan el futuro. Cuando escucho a padres hablar del tiempo de ocio y blablaba me da la risa. No porque crea que los niños no tienen derecho a divertirse. Al contrario, defiendo la idea de que, llegado el caso, deben tener tiempo de aburrirse. Pero los deberes no deberían convertirse tan sólo en algo que propiciase un debate acerca de la posibilidad de que los niños puedan estar en clase de robótica en lugar de en casa haciendo sumas. Ese es uno de los extremos de un problema que tiene mucha más materia mollar de la que parece. A lo que voy.

Hacer deberes es un signo de posición social por la simple razón de que hay padres que no pueden ayudar a sus hijos. Por eso, las tareas escolares deberían hacerse en clase. A la hora de ayudar a un niño a leer no lo hará igual un padre que ha estudiado medicina que otro que apenas tiene el graduado escolar. Y ese desfase, ese dumping entre alumnos, resulta imprescindible a la hora de medir el esfuerzo, los resultados académicos y, lo que es más importante, la capacidad del ascensor social.

La equidad es un valor. Creo que todos estamos de acuerdo en eso, como en el hecho de que si no se garantiza, la educación universal y gratuita no es más que papel mojado, una línea en la Constitución que nada significa.

Los deberes, ese concepto tan poco dado a grandilocuencias, tan alejado de los grandes problemas de estado, nos dan una visión de la desigualdad, de las razones por las cuales en España, desde los años setenta hasta la actualidad, la renta de los ciudadanos ha ido disminuyendo. Los deberes, ya ven, algo tan prosaico, tan poco importante para los políticos, se convierten en un agujero de voyeur desde el que analizar las circunstancias que separan las vidas que cada niño que hoy acude a clase tendrá en el futuro. Y lo llaman igualdad de oportunidades...

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