«La gente no ha sido empática porque murieron militares»
«¿Qué cómo nos hemos sentido?». Las palabras de Eva Piñán del Blanco, la hermana del capitán que falleció en el siniestro del Yakolev en Turquía traducen el sentimiento de orfandad de su familia. «Engañados. Nos dieron un cuerpo que no era el de mi hermano. Después de todo lo que pasó. Yo, a mis padres, no se lo pude decir. Sospecharon porque yo decidí dejar de ir al cementerio»... Eva recuerda que a su hermano le incineró la familia de otro de los militares fallecidos. Por eso, recuerda que cada vez que oía a alguien decir que dejaran a los muertos en paz, Asegura que ella no echa la culpa a los militares que fueron condenados por el accidente. «Eran militares y cumplían órdenes», asegura al tiempo que se muestra agradecida con el ministro Bono. «Él se involucró», asegura. Eva considera que el hecho de que no hubiera más polémica, más duelo social con el accidente se debe a que la sociedad española es «antimilitarista». «Lo que la gente no debe olvidar es que detrás de un uniforme hay una persona y debe ser tratado como tal», defiende la hermana del capitán Piñán, que considera que se hizo mucha política. «Tanta, que desde que él murió no he vuelto a votar», dice para recordar que una accidente es una concatenación de incidentes que «alguien prefirió obviar». «Cuando te dicen que ese avión podía volar es como si te llamaran tonto porque el Yak está en una lista de aviones que no pueden aterrizar en ciertos aeropuertos», explica.
No se explica la falta de empatía de Federico Trillo y rechaza a todos los que aseguran que los familiares de las víctimas quieren la indemnización. «Yo la rechacé. Era mi único hermano y le perdí. ¿Para qué quiero el dinero?», se pregunta. Eva Piñán del Blanco asegura que el accidente les rompió la vida. «Era mi único hermano. Le reto al señor Trillo a que se aventure a meter en un Yakolev a sus hijos», afirma y asegura que no espera nada desde el punto de vista judicial. «Sólo quiero conservar su recuerdo».