«No hemos recibido ni una llamada de la Junta»
Al principio la gente se vuelca contigo, pero el dolor no es eterno, ni la compasión, así que los que pensabas que eran amigos... Los padres son los únicos capaces de sufrir hasta el final por un hijo». Manuel Moure perdió a su hijo un 28 de octubre de hace cuatro años. Un escape de grisú acaba con la vida de seis mineros, entre ellos Manuel. «En tres años, no hemos recibido ni una sola llamada de la Junta, ni del Gobierno, ni de nadie», se queja Manuel, que asegura que la explosión fue «un acto de terrorismo». «Sabían lo que estaba pasando e incluso así dejaron que siguieran dentro», lamenta. Asimismo, denuncia que la empresa les envió a un psicóloga «dos o tres días y lo hizo para quedar bien, porque vive en La Robla y nunca ha vuelto, ni nos ha llamado, dejaron de pagarla y ya», se queja. Manuel Moure se pregunta por qué nadie, ni el rey, ni el príncipe, haga nunca ningún homenaje a los mineros muertos. «Nos tratan como a despojos». «Luego hablan de la bandera, pero yo les digo que la bandera de quién, porque todos somos españoles», denuncia y califica el trato que han recibido las familias como «vejatorio». «El único que siempre nos ha tratado como merecemos es el director de Minas», dice con agradecimiento.
Manuel Moure asegura que sigue vivo para resarcir la memoria de su hijo. «Aunque me cueste la vida», dice entre sollozos, y asegura que su mujer llora cada día cuatro o cinco veces. «Es duro ver cómo se va deteriorando, pero yo le digo que tenemos que seguir para que se haga justicia». Asegura que su hijo no tiene precio y que su nuera ha rechazado la indemnización que le ofrecieron. «No sabemos lo que nos querían dar porque no entramos en su juego», asegura Manuel.