De los tres

Mientras los populares de «esta nuestra comunidad» cifran todo su dilema en si tirar por la calle de Silván o si cascársela a Mañueco -dos en disyuntiva-, el dilema socialista nacional será elegir entre tres: Pachi, Pedro y Susana... trinidad al canto y al cuento: el padre, el hijo y el espíritu de Triana... virgencita, virgencita, que me lleven al Savoy.

Del «padre» López dice Susana que se retirará antes de las primarias (lo sabrá ella), así que también ahí la cosa podría quedar entre dos... pero por ahora son tres las patas del banco, tres... y alguno se caerá de culo... o los tres... es lo que pasa cuando al escaño de la cocina le entra vejez o esa carcoma ideológica que tanto acusa el socialismo francés como el español.

Como Susana partía de vencedora después de hacerse un «sinpa» en loz ere andaluze, ¿por qué no hacerse después un Hillary en su cábalas para ser la primera mujer en lograr pasar de la cocina de la gran casona socialista al sillón principal del salón?...

Pues vencedora. Y por si era poco, anteayer la ungió formalmente Zapatero (ya tardó) como la idónea comandante del fracturado socialismo español, o sea, «tú, mi delfina»... y eso a muchos militantes les ha despejado dudas (y a otros tantos también).

Pero Pedro Sánchez resucita entre la tropa militanta y votanta que barrunta derecha para largo y se impacienta por ser víctima de recortes y tornillos si el partido no se inclina por querencia natural hacia la izquierda haciendo preferible el pactar con Iglesias que consentir a don Rajoy Tancredo seguir en el torito subiendo impuestos.

A ese populismo juega Sánchez poniéndose sancho. Y le funciona, cómo no, si todiós está cabreao... y nerviosito.

Y el socialista cazurro ¿a quién votará?... Peláez lo es y se lo preguntamos... «pues lo mismo que mañana en el PP; votarán lo que les diga el cargo orgánico, el presidente, el secretario de colocaciones o el jefe provincial de gimnasias y posturas... y habrá muchos que votarán a los dos, a uno con la boca y a otro con el culo, en fin, lo de siempre, nada nuevo... y quien tenga el mango del aparato la mangará».