Morrillo al canto

Murallas de morrillo, plazas empedradas con morrillo, casas de muro de ladrillo o tapial con paños de morrillo, iglesias con morrillo cara vista entre piedra angular, tapias de morrillo... se ve mucho morrillo en esta ciudad, piedrángano pulido por milenios de riadas furiosas, cantos pelados que, por tenerlos tan a mano y gratis, los romanos que fundaron esto empezaron a robar a saco de las gigantescas pedreras que entonces encontraron en los dos ríos que abrazan a León... y ya nunca los leoneses pararían de robar ese morrillo hasta un anteayer en que lo agotaron por entero (tengo viva en la memoria de niño la estampa de reatas de mulos con cascabeles y burros enjaezados con amplios serones cargados de arena y áridos que sacaban del río por encima de San Marcos)... de modo que si miro estas murallas romanas y tengo el día melancólico, sólo alcanzo a ver en ellas el viejo lecho del Torío puesto en vertical; y si son las Cercas medievales, la cama del Bernesga... triste destino para unos cantos rodados que pasaron milenios bañándose y besando truchas o barbos

A esas Cercas medievales le ha echado un augurio León en Común alarmado de que el ayuntamiento no mueva un dedo para evitar la que será la siguente ruina estrepitosa tras venirse abajo el otro día el cubo murallón que intentaban recuperar en la calle Conde Rebolledo... abatido a lo bobo, rutina de nuestro maltrecho patrimonio.

Lo cierto es que la mitad de esas cercas medievales está rehecha en falsura hace poco... ¿y ya cruje?... sospecha, lagarto... está esmochada, por ejemplo, la cerca baja y se rehizo ayer.

Esta ronda fortificada llegó a los años 80 muy mordida, tirada, furacada o asaltada por casas y chamizos ilegales. Tanto morrillo caído tentó a robarlo en su día para empedrar la Plaza del Grano... reempedrarla después... y ahora.

Mucho morrillo. A sobrar. Y se desprecia. ¿No lo hizo -para disculpar a la alcaldesa de Boñar que abatió al alba y con alevosía el Alfolí del siglo XVI- aquel diputado panzalari de Cultura Julita diciendo que no era monumento, sino sólo «un montón de morrillos?...