Plutón, diez años en la órbita enana
borja robert | madrid
Desde 1930 hasta 2006, el Sistema Solar tuvo nueve planetas. Durante esos años, Plutón fue el más lejano, el más pequeño, el más ligero y el más desconocido de todos. Y aunque fue el último en sumarse a la lista, también fue el primero en abandonarla. El 24 de agosto de hace una década, los miembros de la Unión Astronómica Internacional (UAI), reunidos en asamblea, decidieron cambiar sus definiciones y lo reclasificaron como planeta enano. Todo a causa del descubrimiento, un año antes, de un astro inesperado: Eris. Y aunque el anuncio provocó una intensa polémica popular, no tanto científica, ya apenas quedan críticos de la decisión. Los libros de texto hace tiempo que empiezan en Mercurio y acaban en Neptuno.
Plutón siempre fue una rareza entre los planetas. Más pequeño que la Luna (la de la Tierra), apenas es una mota espacial en los confines del Sistema Solar. Una roca diminuta con un satélite, Caronte, tan grande en proporción que en realidad ambos orbitan alrededor de un punto a medio camino entre los dos. En definitiva, una anomalía planetaria. Para colmo, en 2005 los astrónomos encontraron a Eris; un cuerpo celeste tres veces más distante pero levemente más pesado que Plutón. El hallazgo planteaba un dilema: ¿será este el décimo planeta alrededor del sol, o el primero de muchos otros de características similares aún por descubrir? Todo apuntaba a que la segunda opción era la que contaba con más opciones para ser la cierta.
Para evitar confusiones, o una ampliación sin fin de lo que durante siete décadas había sido una lista de solo nueve miembros, y puesto que entre Marte y Júpiter está Ceres -hasta entonces clasificado como asteroide, pero con características muy similares a Plutón y Eris-, la comunidad científica optó en 2006 por añadir una categoría adicional para clasificar a los cuerpos en órbita alrededor del sol: los planetas enanos, a medio camino entre los asteroides y los planetas.