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Luz para los pagos médicos más oscuros

La industria farmacéutica hará públicos a partir del próximo año los pagos que hace de manera individualizada a los médicos por asistir a cursos, congresos y participación en proyectos de investigación. Los laboratorios pagan el 90% de la formación médica. Sindicatos y colectivo creen que la medida es positiva para evitar casos de corrupción. José Luis Díaz Villarig insta al Estado a regular la formación de los médicos en el sistema público de salud. .

Varios médicos utlizan un nuevo software que permite conocer cuál es el resultado real de una operación quirúrgica. DL

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León

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carmen tapia | león

Los laboratorios farmacéuticos pagaron más de 300 millones de euros en 2015 a los profesionales y organizaciones sanitarias a través de lo que se conoce como ‘transferencias de valor’ (monetarias o en especies). A partir de 2018, la industria farmacéutica hará públicos con nombres y apellidos de cada facultativo lo que hasta ahora era voluntario. Esta publicación se repetirá anualmente cada mes de junio y engloba cuatro grandes conceptos: donaciones (en este caso sólo se pueden hacer a organizaciones sanitarias, no a personas individuales), apoyo para actividades formativas y reuniones científico y profesionales, retribuciones por servicios profesionales y colaboraciones en materia de I+D.

El 90% de la formación que reciben los médicos la paga la industria farmacéutica. La decisión de publicitar los datos no ha sido recibida de manera desigual por el colectivo médico.

«La opacidad con la que se ha estado trabajando hasta ahora tiene que desaparecer», explica Faustino Sánchez, responsable de Sanidad de UGT de León. «Es bueno que se sepa la procedencia del dinero que se dedica a formación e investigación. La industria ha asumido el papel de la formación por la dejadez de la administración. El 90% de la formación procede de la industria, que tiene como principal fin ganar dinero. De ahí la importancia de la transparencia, que no existe actualmente». Sánchez cree «útil y bueno» que haya trasparencia para evitar «posibles corruptelas».

Fuentes de Farmaindustria consultadas por este periódico defienden la publicación de los datos «por la apuesta de la transparencia como medio para prevenir conflictos de intereses».

La trasparencia de la procedencia del dinero que paga la industria a los médicos ha evolucionado en los últimos diez años. Desde el conocido ‘tarugazo’, (dinero en mano libre del fisco que se daba a los médicos) a la transparencia total que se persigue con la nueva medida. La transparencia lleva aparejado el debate de la fiscalidad.

«No tendría que preocupar a nadie», asegura Jesús Mencía, responsable de Sanidad de CC OO. «a no ser que los apoyos económicos no sean muy lícitos, porque algunos responden a promociones no reguladas. Farmaindustria querrá que se visualice el apoyo que dedica a la formación, que es un pastizal. Querrán dejar de parecer los malos. Hay documentadas prácticas abusivas. Los laboratorios saben todo lo que receta el médico. Lo más fácil es que haya compensaciones como viajes turísticos en la asistencia a congresos. Otra cosa será saber el trato fiscal».

El presidente del Colegio de Médicos, José Luis Díaz Villarig, no se pronuncia sobre la decisión de Farmaindustria de publicar los datos de manera individualizada. «Que la industria haga lo que marca le Ley. Estoy a favor de la transparencia total». Villarig sostiene que la regulación de la formación «le corresponde al Ministerio de Sanidad, como lo establece la Ley del Medicamento, y no a la industria farmacéutica. La formación y la docencia la tiene que pagar la administración y la formación la dan las sociedades científicas y los colegios de médicos. La formación de los médicos del sistema público debe darla el sistema público. El Ministerio de Sanidad tiene que regularlo porque el médico del sistema público no tiene que pagar la formación de su bolsillo. Los médicos necesitan formarse. Así debería haberlo hecho siempre porque de los resultados se benefician los ciudadanos. ¿Qué cómo lo tiene que hacer la administración?. Ellos sabrán».

Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la asistencia a congresos y asesoramientos está bien pagada. Según el grado de especialización o el prestigio del especialista los pagos en este concepto pueden oscilar entre los 10.000 hasta los 200.000 euros al año.

El jefe del servicio de Oncología del Hospital de León se muestra a favor de la publicidad para evitar conflictos de intereses. «A nosotros nos forma en un 90% la industria, que subvenciona los congresos y las reuniones científicas. Muchas publicaciones científicas dejarían de publicarse si la industria no está detrás. La industria farmacéutica ha corrido con los gastos de la formación que debería haber hecho la administración. En países como Alemania hay bolsas de formación que se conceden individualmente a los médicos. Tienen que justificar hasta el último euro y devuelven lo que no gastan». Palomo cree que la transparencia de los pagos es muy importante. «Si no se hace se puede poner en riesgo la independencia en la prescripción. Hay datos y estudios suficientes para pensar que la industria tergiversa los criterios de prescripción. Por eso soy un firme defensor de la transparencia, pero no de que se publiquen las cantidades. Cumplimos con Hacienda y eso es suficiente, no hace falta que se entere el vecino».

Compra de profesionales

El portavoz de la Plataforma por la Sanidad Pública de León, Alberto del Pozo, es más contundente en su valoración. «Farmaindustria pretende comprar a los profesionales para hipermedicalizar a la población y hacer hiperconsumismo de fármacos y así aumentar su rentabilidad aún a costa de promocionar medicamentos que no están tan ensayados y que pueden perjudicar la salud».

En contra de la decisión de Farmaindustria se ha colocado la Federación de Asociaciones Científicas Españolas (FACME), que defiende que las transferencias de valor sean gestionadas por las sociedades profesionales. Sin embargo, fuentes de Farmaindustria aseguran que tienen informes jurídicos favorables para la publicación de los datos individualizados.

«Permite a los laboratorios mostrar el valor que las colaboraciones tienen para el Sistema Nacional de Salud y la sociedad en general, favorece a los profesionales sanitarios, ya que constituye una garantía pública de su integridad e independencia al tomar sus decisiones clínicas, y beneficia a los pacientes, que gracias a estas transferencias de valor son tratados por facultativos cuyos conocimientos están permanentemente actualizados sobre la base de la última evidencia científica disponible», asegura el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés.

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