CORNADA DE LOBO
La muerte bella
El sepulcro más bello del mundo no está lejos de aquí... a tiro de escapada, en la Cartuja de Miraflores, junto a Burgos. Ahí se ve el alabastro hecho orfebrería y filigrana imposible. Una vez en la vida hay que pasarse una mañana ante él y no acabar de «leerlo» todo, reservando la tarde entera para el teatrero retablo que preside este reposo final de los padres de Isabel la Católica, que fue la que encargó el gasto y el alarde... es una estrella octogonal en la que caben dieciséis retablillos llenos de historias sagradas y alegorías, escudos de Portugal, Castilla y León, ángeles, monjes, leones, perros, santos, vírgenes... la de Dios.
De bachiller lo vi la primera vez y me dejó impactado lo que nos contó un guía sobre una de las múltiples figuras que pueblan ese sepulcro; aseguraba que quince años después de haberla esculpido Diego de Siloé se la copió Miguel Ángel para su genial Moisés. Y es cierto que hay semejanzas entre las dos figuras sedentes, sobre todo el gesto de mesarse la luenga barba, idéntico, la prueba definitiva. Patrañuela, dice el iniciado, Miguel Ángel jamás pisó Burgos... aunque también pudo el hijo de Siloé haber llevado o replicado esos dibujos en su tiempo de estudios en Italia y cabría entonces que al Buonarroti le gustara aquel evangelista de Miraflores que había tallado su padre y lo fotocopiara... quizá, ya lo dijo Picasso: Los grandes artistas copian, los genios roban... pero lo cierto es que ese evangelista y el gran Moisés se parecen como un huevo a una castaña... ¿y acaso es que tenía poco genio renacentista Miguel Ángel como para necesitar copiar a un escultor gótico viejo y burgalés que no pasaba de lo flamenco y lo flamígero?, nos dijo el profesor de Arte al volver de la excursión...
Ese sepulcro hace a la muerte bella en las figuras yacentes del rey Juan II e Isabel de Portugal, que mira cada cual a su lado... ¡!... y se alza entre ellos un primoroso muro de celosía... ¿muro?, ¿separación de lechos?, ¿avisaba de que España y Portugal dormirían ya siempre culo contra culo?... ¿qué hace esa «frontera» en el sepulcro de unos «amantísimos» esposos?... pues decirnos que todo lo demás era mentira.