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Un niño de cuento enseña la Catedral

‘Teófilo y las bestias de la Catedral’ inspira estimulantes visitas escolares al templo

Escolares del Ceip Gumersindo Azcárate de Armunia, León, tras visitar la Catedral de la mano de Teófilo. DL

Escolares del Ceip Gumersindo Azcárate de Armunia, León, tras visitar la Catedral de la mano de Teófilo. DL

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ana gaitero | león

Teófilo es un inquieto niño que vive con su abuelo, el sacristán de la Catedral, en la calleja de la iglesia de San Pedro, a los pies del templo gótico, y protagoniza un montón de aventuras en el templo. Es un niño de cuento creado por la escritora leonesa Paz Brasas Martínez y que salió a la luz en el libro Teófilo y las bestias de la Catedral, publicado por la editorial Rimpego, con ilustraciones de Raquel Ordóñez Lanza.

«No es un libro infantil al uso, sino un libro que también le gusta a los niños», comenta la autora pues, ciertamente, «a los mayores las historias nos llevan de paseo por nuestra infancia, en particular a quienes hemos pasado la niñez en León».

Quizá por esas cosas mágicas que tienen los cuentos, Teófilo ha cobrado vida fuera del libro y se ha convertido en un guía excepcional para enseñar la Catedral y sus alrededores a escolares leoneses. Dedicada a la enseñanza, Paz Brasas, no concibió el libro con fines didácticos. La idea de crear ‘La ruta del Teófilo’ surgió a raíz de que sus compañeros del Ceip Gumersindo Azcárate eligieron el libro para el plan de animación a la lectura del colegio. Entonces empezó a preparar material y realizar salidas con el alumnado.

Contrafuertes, arbotantes, pináculos... esas difíciles palabras, para un niño, de la arquitectura del templo gótico se convierten en términos asequibles para niños y niñas gracias a la imaginación y a la curiosidad de Teófilo que ve toboganes en los arbotantes y describe el triforio como un balcón de piedra o desvela lo fácil que es ver la planta en forma de cruz latina de la Catedral a través de su aventura en los tejados con las bestias que lo acompañan.

El increíble vuelo de un lagarto, que se cobija en la sombra en lugar de estar al sol, despierta la curiosidad sobre todas las esculturas que se ‘esconden’ en el edificio por fuera —gárgolas, grifos, zorros, leones, mirones o el rostro esculpido bajo un arco ciego del pórtico— y por dentro, como las figuras del coro. Unas aventuras que despiertan la curiosidad sobre las pinturas y el retablo de Nicolás Francés. Hasta el mítico topo, que no es un topo, habla en este recorrido que han disfrutado también escolares del IES García Bellido y del CRA Lorenzana, tras trabajar en clase el libro.

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