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Historia de la Tierra según las piedras
El MSM de Sabero muestra en fósiles todas las eras geológicas desde que la vida apareció en el planeta
A. Domingo | Redacción
La exposición ‘Fósiles. El origen del carbón’, que se inauguró ayer en Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León (MSM), en Sabero, es «un viaje al origen de la vida», pues muestra un ejemplar de fósil «de cada una de los periodos geológicos desde que apareció la vida en la Tierra», manifestó ayer el director de la institución Cultural, Roberto Fernández, que quiso agradecer al dueño de colección y uno de los comisarios de la muestra, José Vicente Casado, su generosidad, ya que los espectaculares fósiles y minerales que pueden observarse en la antigua ferrería pertenecen a su colección. Desde un nido de dinosaurio y sus huevos hasta troncos de árbol permiten al visitante conocer «cómo evolucionó la vida en la tierra» desde el Precámbrico, para lo que se ha habilitado la planta baja del museo. Las salas se han ambientado con seis grafitos de David Esteban, conocido en el mundo del arte urbano como Da2, en los que muestra animales extinguidos hace millones de años.
La exposición dedica el piso superior al Carbonífero, por situarse Sabero en una zona en la que los bosques pantanosos que entonces se daban en el norte de la Comunidad autónoma se convirtieron en el recurso mineral que dio lugar a la minería del carbón y, entre otras empresas, a la Ferrería de San Blas. Los fósiles del periodo vuelven a ser clave para que el visitante lo interprete y, también, los últimos estudios realizados en la zona. En concreto, el realizado en Alejico, donde afloró un bosque de esta era geológica en una cantera de carbón del municipio de Sabero. Los geólogos Javier Fernández-Lozano, también comisario de la exposición, y Gabriel Gutiérrez -Alonso investigaron el yacimiento y publicaron sus conclusiones el año pasado.
Viaje a los bosques del carbonífero
Los visitantes pueden observar en un anaglifo el modelo en tres dimensiones que los geólogos realizaron de los restos del bosque. Además, las imágenes obtenidas de la cantera con un dron de la cantera han servido para realizar un montaje de realidad aumentada que permite al espectador conocer unos restos que de otra manera resultan inaccesibles y, además, recrear ese bosque que hace 300 millones de años cubría la zona. Las gafas de realidad virtual permiten al observador desplazarse por una fiel reconstrucción de cómo era el lugar entonces.