Diario de León
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pEDRO TRAPIELLO
León

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Aporofobia: palabra necesaria ideada y argumentada en los 90 por la respetada filósofa Adela Cortina... aporofobia: tener fobia al pobre... fobia: odio, miedo y rechazo (el vulgo resume: lo que da asco)... y esta pensadora, ensayista y catedrática de Ética declaró el miércoles pasado a La Vanguardia algo no por obvio menos desalentador: «Todos los seres humanos somos aporófobos»... todos.

Como la tertulia va sobrada de filósofos, hubo quien rezongó ante la talla pública que ha ido adquiriendo Adela Cortina (premio nacional de ensayo a su larga obra) y quien puso mohín displicente a su método por la simple razón de declararse creyente esta filósofa que parece huída de la nube de la razón pura para descender a las aceras de la vida y de este tiempo haciendo una vivisección de nuestra sociedad que enciende luces... y alarmas.

Molestan tanto los pobres y su clamor de ayuda que, por querer quitárnoslos de encima sin arreglar su razón, nos condenamos a tenerlos siempre debajo, medio enterrándoles, pero la conciencia la acallamos con alguna calderilla de lismosna (y no te lo gastes en vino) o un albergue en las afueras los ayuntamientos que tienen, al menos, algo de compasión... y amén Jesús, que ya lo dijo Cristo en Betania sin parecer una maldición, pero siéndolo, en ese desconcertante pasaje envangélico en le que la Magdalena baña los pies del Maestro (otras traducciones dicen la cabeza porque era una unción) con un perfume carísimo que costaba trescientos denarios, lo que ganaba un galileo en todo el año... y sentenció: «a los pobres siempre les tendréis con vosotros, pero a mí ya no me veréis más»... es decir, ole, bien gastado ese perfume, rompe el frasco de las esencias, Magdalena, y que sepan todos en un futuro el detallazo tan conmovedor que ha tenido la discípula de mayor corazón.

Siempre habrá pobres... y Octavito preguntó: ¿se acogieron a ello las aristocracias eclesiásticas en sus castillos, catedrales y monumentales monasterios porque los necesitaban para que al menos el Evangelio de los Pobres no dejara de proporcionar clientela... y limosnas?... lean todos a Adela Cortina.

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