Diario de León

China se lava las manos con los refugiados sirios

El Gobierno chino y sus ciudadanos consideran que el problema no es suyo.

El presidente de China Xi Jinping junto a Donald Trump y Angela Merkel en la cumbre del G20. LUKAS COCH

El presidente de China Xi Jinping junto a Donald Trump y Angela Merkel en la cumbre del G20. LUKAS COCH

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EFE | pekín

Mientras occidente muestra su incapacidad para afrontar problemas propios de un mundo en el que la industria armamentística mueve billones de euros al año, al otro lado del charco la realidad no es muy diferente. China demostró hace unas semanas que su ciudadanía no está interesada en mostrar ayuda hacia los refugiados sirios. Un vídeo de la Agencia de Refugiados de la ONU (UNHCR) en el que homenajeaban a 65 millones de personas que han perdido sus hogares a causa de guerras y crisis humanitarias disparó el aluvión de críticas por parte de los chinos vía Weibo —el Twitter chino—. Uno de los tuits más virales fue el de un profesor de secundaria que escribió una lista de seis puntos en la que mostraba su oposición a la acogida de refugiados alegando que «los países que incitaron revoluciones tienen que ser responsables y no pueden exigir a China que asuma las consecuencias». Uno de los puntos de su comentario con más apoyo es el temor a que entre los refugiados haya extremistas religiosos que puedan afectar a la estabilidad y a la seguridad del país. De hecho, este último argumento ha sido compartido incluso por el diario oficialista Global Times, que publicó una columna en la que el investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica Mei Xinyu cita el «ejemplo destructivo» de la crisis de los refugiados en Europa.

La postura del Ejecutivo chino no dista mucho de la de su ciudadanía: el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, dijo, tras entrevistarse con su homólogo libanés el pasado 23 de junio, que «los refugiados no son inmigrantes y al final volverán a sus propios países para reconstruirlos», un «deseo que Pekín ayudará a hacer realidad». Si bien China dice no sentirse responsable del problema, los datos de UNHCR demuestran que el Gobierno chino ha aumentado en los últimos años su contribución a los programas de refugiados, de 2,4 millones de euros en 2016 a 10,9 millones en lo que va de 2017.

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