CORNADA DE LOBO
Mitos y pitos
Mientras no me descalabres con el zoquete de cepo de urz que se usa en los bolos y con el que seguramente despacharon a esa «dama», despotrica lo que gustes, ponme a escurrir, quema esta columna como se quema la bandera que se repudia o abomina, hazle vudú con tenedor si no tienes a mano alfileres o, mejor, échale café hirviendo encima, nadie te lo reprochará, es habitual en la prensa de bar, la única que lees por ser de gorra... Voceas tu orgullo de ser del Curueño y dices estar muy ofendido por el retrato burdo e insultante que hice el otro día de la Dama de Arintero, la del bigote, un ente improbable o, de serlo, un episodio fabulado hasta lo irreconocible al que han ido añadiendo líricas y noblezas ad nauseam plagiandis, aunque necesitas, al parecer, tomar el cuento por historia y elevarlo a bandera nacional del valle... uy, en tocante a la nación ya se sabe, es como si te pisan el rabo, así que entiendo tu furor nacional, pero me apena infinito, ¿acaso tu orgullo e identidad dependen de lejanos y desfigurados sucesos, de reyes, fábulas o mitos, tipos de una historia oficial escrita en mamotreto para sepultar la historia real, la de la gente?... créeme, amigo, tu identidad sólo reside en lo que eres y haces, no en lo que hicieron «tus» antepasados, que además no lo son, tú eres vulgo como todos, no vendas la historia novelada, no abuses de fiestas medievales luciendo ropones cortesanos, te hacen cómplice, bobín... y siendo republicano como dices, es idiota defender reyes que no salían del pueblo y llenaban el tálamo y la corte de extranjeros y ladrones.
Si buscas razón de orgullo en tu valle-nación, ¿no sería mejor que tu mito con pitos fuera la figura de aquel paisano tuyo que salió de Nocedo de zagal y volvió de maestro, creó escuelas y estudió leyes para librar a los concejos de viejos privilegios señoriales?... vivió para ayudar e instruir a la gente que, forzada a emigrar, sólo podía hacerlo como mula de carga... ¿cómo se llamaba, tú?, sí, hombre, ¿no te acuerdas?... vamos, que ni siquiera sabes que existió... ya, te sobra con ponerte una dama machorra por montera... ¡y viva la mi patria!... bien, normal.