LA EXHUMACIÓN DEL CADÁVER
El bigote de Dalí, intacto tras 28 años bajo tierra
La Fundación Gala Dalí reclamará a Pilar Abel que pague los gastos de la exhumación si se demuestra que no es su hija
colpisa| barcelona
Tres décadas después de su fallecimiento, Salvador Dalí sigue manteniendo su cuerpo «perfectamente momificado», detallaban los responsables de la Fundación Gala-Dalí, tras producirse la exhumación con el propósito de recoger muestras de ADN que permitirán aclarar si Pilar Abel es hija del pintor, como alega.
El artista conserva su bigote intacto: «Fue muy emocionante descubrir que todavía se mantiene en la clásica posición de las 10 y 10», concretó el secretario general de la fundación, Luís Peñuelas. El hecho resulta especialmente significativo para Narcís Bardalet, su célebre embalsamador, quien lo calificó de «milagro». Tras retirar la tapa de zinc, con la que estaba sellado el ataúd, y el pañuelo de seda «exquisito» que recubría la cara del artista, pudo apreciar su cabellera. El cuerpo del maestro en estos momentos es «una momia, como madera». Tal es la dureza en la que se conserva el cadáver embalsamado que los forenses que llevaron a cabo la exhumación la noche del jueves «tuvieron que utilizar una sierra mecánica en vez de bisturí» para poder extraer las muestras. En concreto, dos huesos largos, además de pelo, varios dientes y uñas. Para acceder al cadáver del artista fue necesario levantar una losa de mármol de una tonelada y media a través de dos vigas y un sistema de poleas. Se instalaron andamios y carpas para preservar la intimidad del procedimiento y evitar que se tomaran fotografías con drones, ya que el pequeño panteón en el que están alojados los restos del artista se encuentra justo debajo de la espectacular sala de la cúpula del teatro-museo de Dalí.
Bardalet dijo que el espacio tiene «mucha humedad cerrada», lo que había afectado a las condiciones del cadáver, que, aunque estaba en buen estado, se había poblado de hongos y «de verde». El médico forense se oponía a la exhumación, por considerarla un acto «surrealista», pero encontró cierto consuelo al comprobar que, gracias a su tarea de embalsamamiento, «habrá Dalí por mucho tiempo. Persiste el bigote y es por los siglos».
Para los responsables de la Fundación Gala-Dalí, el proceso ha sido un «acto de violencia» que han intentado evitar a toda costa, pero que se han visto obligados a acatar por resolución judicial. «Estamos muy apenados y dolidos, por el respeto que procesamos a Salvador Dalí y la relación personal que habíamos mantenido con el artista, que fue el fundador del museo», expresó Joan Manuel Sevillano, gerente de la institución.
El directivo tachó el acto de «improcedente» y aseguró que la resolución que acordó la exhumación «no estaba motivada y carece de fundamento alguno», pues el único indicio presentado por Pilar Abel es una manifestación notarial de «una señora que dice ser amiga de la madre», quien afirma que «ésta le dijo que el padre de su hija era Salvador Dalí».
«Antes de acordar un acto tan invasivo como la exhumación de Salvador Dalí en un museo, debería haberse exigido a la demandante Pilar Abel que hiciera la prueba de ADN comparando el suyo con el de su padre legal, ya fallecido, o con el de su hermano, para aportar así el mínimo indicio exigible de que no es hija ni hermana de éstos», reclamó Sevillano. Las muestras extraídas del artista serán repuestas tras ser analizadas para para preservar la «integridad» del cuerpo. Los resultados de las pruebas se conocerán en uno o dos meses. Si demostraran que Pilar Abel no comparte material genético con el pintor, la fundación podría reclamarle que pagara los «altos costes» derivados del proceso. También estudiaría emprender acciones legales dirigidas a demostrar que la orden de la exhumación emitida «no debería haberse producido». También estudiaría emprender acciones legales dirigidas a demostrar que la orden de la exhumación emitida por el Juzgado de Primera Instancia nº 11 de Madrid «no debería haberse producido».