El fermión es ángel

Maldita partícula que no se dejaba atrapar y, al fin, ya la han pillado por el rabo estampándola en la evidencia científica que ha hecho pública un grupo de investigadores. Es el fermión de Majorana, partícula subatómica ya intuída en 1937 por el italiano Héctor Majorana, que dio nombre al esquivo fermión lo mismo que ahora llaman Higgs a un bosón que tampoco se dejaba atrapar.

Me impactó hace veinte años la lectura de «Conversaciones sobre lo invisible (de lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño)», un libro de justa extensíón que fue el resultado de varias charlas mantenidas a lo largo de dos años entre un hombre de ciencias y uno de letras, la física y el espíritu, Michel Cassé Jean Audouze, astrofísico en París, con Jean Claude Carrière, escritor que trabajó largo tiempo de guionista para Buñuel. Interesantísimas charlas, esclarecedoras en tantas cosas y con final espectante: estamos empezando a entender un infinito que no era más grande que una caja de cerillas cuando explotó... y hay que ver el universo que montó aquel Big-bang desde algo tan chiquito, aunque más chiquitas son las partículas del átomo y, sin embargo, de ellas depende justamente todo. Y ahí está el fermión, que puede ser a la vez materia y antimateria para autodestruirse creando energía... vamos, un perfecto rediós.

Michel Cassé, empíricamente ateo, bromeaba ya entonces con que esta partícula parecía tener la materia de los ángeles por su increíble movilidad espacial y enigmático comportamiento. Y la llaman ángel también los científicos que ahora la han visto... sabiendo además que abrirá un horizonte gigante a los ordenadores cuánticos.

Vuelven los ángeles con malditas preguntas: ¿qué había antes del Big-bang?, ¿qué envolvía aquella caja de cerillas?, ¿qué cosa o ente poblaba su derredor?, ¿hubo alguien ahí?... ¿y aquí?...

Ahora el lector dirá qué coño importan los fermiones o bosones y ese rollo, con los problemones nacionales que nos agobian... y la realidad le dirá que quien se adueñe de las partículas (en ello están) se adueñará del mundo... y ese sí que es un problemón.