Uve doble al revés

Pon una M patas arriba y en el acto tienes una W... chachán... hay letras con doble personalidad; y hasta triple: pon esa misma M de lado y casi sale una E... tatachánnn... E mayúscula, la firma del Emperador.

Se da la casualidad de que esa M, W y E se alinean hoy como si fueran astros cabalísticos para hacer de Trump el luminoso Rey de los Necios al que jalea la misma proporción de necios que tiene todo pueblo. Vayamos al ejemplo: la constitución de Estados Unidos se inicia con una W... We the people... Nosotros, el pueblo, lo sagrado, la esencia norteamericana... pero fácilmente, de una patadita, Trump puede voltear esa W y convertirla en M... chachachachánnn... entonces, temblad americanos (y tú), la cosa quedará en Me the people... Yo, el pueblo... él se lo cree, dice que ve el pueblo entero desde su alta torre y le mea colonia populista negociando su popularidad con los rusos o con la Virgen de Guadalupe si hay que perdonarle lo del Muro.

Me the people es el título de un musical que está causando furor en Broadway y colapsa la taquilla. Va la comedia sobre Trump y presenta un inédito aliciente: el libreto va añadiendo cada poco los últimos episodios y majaderías de este personaje que todos los días da para hablar, tender, escandalizarse, reír o temblar, algo que también llega aquí y nos fatiga aun siendo una lejana colonia de aquel imperio.

Me the people es el absurdo que mejor resume a Trump, igual que el absolutismo monárquico se resume en la bocaza de Luis XIV: l’État c’est moi... y precisamente «el Estado soy yo», pero dicho en gallego y no en riojano, es lo que Rajoy repitió en la Audiencia al declarar como «mero»... testigo, pero con trono en el presbiterio junto al altar de los tres jueces concelebrantes, así que le quedó cuadrao decir allí «el Estado soy yo... y por tanto, jamás podría ocuparme de las cuentas, asunto furriel en el que siempre aparece algún malandrín, como en todo partido, si es eso a lo que usted se refiere, señoría»...

Patadita de Rajoy a la W de wáter... tachán... y aquí está la M de Mariano... la W recoje todo lo que le llueve (wacinilla)... a la M todo le resbala.