El machismo en la música, más allá del reguetón
Los españoles Radio Futura, Loquillo y La Unión también tienen letras sexistas.
Pepa Álvarez González | madrid
La gran popularidad del reguetón entre los jóvenes ha puesto en el punto de mira las letras de sus canciones y el machismo que algunas transmiten, pero esta tendencia no es exclusiva de este género. Más allá de Despacito o del polémico Maluma, el pop y el rock tampoco se libran del sexismo.
Y tampoco las mujeres cantantes están exentas de caer en este machismo musical imperante: polémica fue Hey Mama , del DJ David Guetta y que canta la trinitense Nicki Minaj, cuya letra en castellano dice: «Sí, yo hago la comida; sí, yo limpio» o «Sí, tú eres el jefe y sí, y yo lo respeto».
Porque el machismo o el control de los hombres sobre las mujeres está extendido en la música, en una sociedad que, en el caso de la española, por ejemplo, el 33 % de jóvenes de entre 15 y 29 años considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias «controlar» a su pareja, según datos del informe Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud , de 2015.
En la actualidad, el foco recae con especial atención en el reguetón que los jóvenes escuchan «en bucle» con letras como Bonita , del colombiano J Balvin: «Y esto no para hasta que estés sin conciencia / hay que perder la paciencia y que sueltes las piernas».
También muy popular es el rap, otra variedad musical que, al igual que los ritmos latinos, recoge machismos.
En España, el rapero Costa rima en la canción Labios tatuados : «La pego y la araño, en el club o el baño / no voy a dejar de darte hasta que te haga daño».
En enero de 2016, colectivos feministas lograron la cancelación de uno de sus conciertos en Ciudad Real (centro) porque sus letras «dañan la dignidad de las mujeres por su alto contenido violento», según sostenía un colectivo feminista.
Ya en el plano internacional, el mundialmente conocido Eminem también continúa en esta tendencia sexista «rapeando» en la canción Vegas : «Puta, tienes que salir corriendo / e ir a buscar a tus fresquitas amigas» u otros versos como «Y hacerme el desayuno, perra, eso es un requisito previo».
Más cercana al pop fue Blurred Lines , interpretada por Robin Thicke y Pharrell, que causó una gran polémica por su letra Yo sé que lo quieres , en inglés I know you want it .
La frase fue criticada como una apología a la violación al insinuar que la percepción del hombre prima sobre el consentimiento de la mujer. El videoclip del tema también se llevó reproches, ya que en él los intérpretes aparecen rodeados de mujeres que están vestidas únicamente con la parte inferior de su ropa interior.
La música española no se salva tampoco, con ejemplos de míticos temas como «Corazón de tiza » (1990), de Radio Futura, y sus versos: «Y si te vuelvo a ver pintar / un corazón de tiza en la pared / te voy a dar una paliza por haber / escrito mi nombre dentro».
Y La Unión decía en Fueron los celos » en 1990: «Solo pretendía guardar / algo de mi posesión / Fueron los celos / y no yo».
Y Loquillo cantaba en 1987, en el tema más polémico de la música española, titulado La mataré : «Que no la encuentre jamás / o sé que la mataré. / Por favor sólo quiero matarla. / A punta de navaja / Besándola una vez más».