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LEONESAS DE AYER Y HOY MARGARITA GARCÍA BURÓN

La Vecilla dio la alternativa a la primera procuradora de León

familia garcía-burón gil

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León

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ana gaitero | león

El 10 de mayo de 1950 una mujer marcaba un hito en la esfera pública. Aquel día consiguió colegiarse en León la primera procuradora de los tribunales. Era una joven de unos 25 años que había nacido en Riaño. Se trata de Margarita García Burón, a quien sus familiares, amistades y compañeros de profesión despidieron el pasado mes de agosto. Fue una pionera, aunque nunca hizo alarde de ello.

Era la tercera de una familia de cuatro hermanas y un hermano. Hija de María Burón y de Florencio García, procurador en el partido judicial de La Vecilla, cuentan en la familia que el padre animó a estudiar a todas las chicas, igual que al chico. Margarita y su hermana Carmen, tercera y cuarta en el orden de nacimiento, sacaron el título de bachillerato y luego estudiaron Magisterio en León.

En 1947, Margarita ya estaba haciendo prácticas con su padre en La Vecilla, partido judicial donde echó a andar profesionalmente y el primero de la provincia donde se vive la incorporación de una mujer a un mundo reservado a los hombres. Su hermana Carmen siguió los mismos pasos.

En aquella época era frecuente que las mujeres dejaran el trabajo cuando contraían matrimocnio. Fue lo que hizo Carmen. Pero no Margarita, que siguió ejerciendo después de casada y hasta más allá de la edad oficial de la jubilación.

Margarita García Burón fue pionera en un mundo de hombres y durante muchos años «fue la única mujer en la procura en León», como recuerda Mariano Muñiz Sánchez. Pasaría más de un cuarto de siglo hasta que se incorporó otra mujer, Isabel Uceda Cortés, a esta profesión que ejerce ante tribunales y juzgados la representación procesal de las partes.

«Era una persona muy entrañable y buena compañera», comenta Beatriz Sánchez Muñoz, que entró en el colegio junto a Lourdes Crespo Toral e Isabel García Lanza cuando se produjo el primer ‘boom’ de mujeres en la profesión, a principios de los años 80. Las jóvenes que salían de la Facultad de Derecho empezaron a vislumbrar en la procura una nueva salida profesional más allá de las oposiciones o del ejercicio de la abogacía.

Cuando empezó Margarita no se exigían estudios de Derecho para acceder a la profesión. «Había que hacer una especie de pasantía o prácticas con un procurador en ejercicio», explican en el Colegio de Procuradores de León. Y ella tenía a su padre, quien no sólo animó a todas sus hijas a estudiar sino que les brindó la oportunidad de ejercer su profesión.

Entrar en un mundo de hombres no era fácil, pero a Margarita le acompañó su carácter además de la cercanía familiar a la profesión. «Era muy echada para adelante y no se dejaba pisar. También era muy divertida», comenta su sobrino José Javier Otegui. «Era muy campechana y se trataba con todo el mundo», añaden Chencho y Eduardo García-Burón, también sobrinos.

Cuando desapareció el partido judicial de La Vecilla, Margarita García Burón siguió trabajando en León sin dejar nunca aquellas tierras donde nació y echó a andar profesionalmente. «Era muy activa y andaba mucho por León y por los pueblos le tocó ir a notificar sentencias o a ejecutar embargos», añaden los sobrinos.

No conducía y cuando tenía que ir a asuntos profesionales fuera de la ciudad solía desplazarse en taxi. Sin embargo, practicó esquí y, acostumbrada a moverse en los ambientes masculinos, era asidua de la hora del vermú con los compañeros, lectora de periódicos y muy buena conversadora.

Cuando se jubiló nunca perdió el contacto con los compañeros del colegio. Solía pasar a menudo por allí y cuando el paso del tiempo le restó movilidad descolgaba el teléfono para saber de las amigas y compañeros. Nunca faltaba a las citas del colegio. Cuando se inauguró la nueva sede del Colegio de Procuradores de León en 2003 fue una de las presencias destacadas.

La profesión había cambiado mucho desde sus comienzos, en que el único medio de comunicación oficial para las notificaciones era el presencial o el Boletín Oficial de la Provincia cuando las partes no eran localizadas. Las nuevas plantas judiciales, la ley ómnibus y la era digital hacen que la distancia con aquellos tiempos sea aún mayor que los años.

El trabajo y la familia lo fueron todo para Margarita García Burón. Fue la más longeva de todos los hermanos. y sobrevivir a los más pequeños fue un golpe duro para ella en el último año. No tuvo hijos, los sobrinos fueron su pasión. La tía Tita, Margarita, era una mujer coqueta y lucida. Murió con más de 90 años. No le gustaba confesar la edad.