Diario de León
Publicado por
pEDRO TRAPIELLO
León

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Toca recuento tras la batalla (de una guerra que acabó de empezar no más)... toca inventario de cascos rotos y bajas (contusionados, heridos y algunos que necesitan muertos que repinten de sangre la bandera e incendiar el trapo para iluminar el camino a seguir)... toca tregua para que los camilleros recojan del campo los despojos de las ideas que bajan vírgenes a la calle para ponerse ahí en modo puta... toca, en fin, el desarme en la palabra, eso lo primero, y que cada cual le quite la coraza a su discurso (callen coraceros, granaderos y hernandos) y háblese a pecho descubierto con nobleza, esa dama que fue la primera en ausentarse de este alboroto crispado... o hablar a calzón quitado para ver si de verdad hay cojones o sólo son pelotas infladas con todo lo que hinchan la cosa los medios, las redes y el aparato de propaganda de cada tribu.

Como está mandado, la primera víctima de esta guerra ha sido la verdad.

Ni se la ha visto ni se la espera.

Pero ruge la calle allí. La ira es santa y la murga divina. Le cogerán gusto a esto ahora que se puede pintar a la enemiga España, amén de color mierda, como un robocop asesino con porraco y armadura que rompe los dedos (uno a uno, nen) a una indefensa muchcha ¡y además le tocan las tetas!... al final no hubo dedos rotos... ¿y tetas?...

Ruge la calle: liberté, egalité... o corea con dulzura la sacristana: fraternité... «queridos hermanos, este mandamiento os doy, que os arméis los unos contra los otros como yo os he armado», pudo decir cualquier abad trabucaire o pensarlo ese párroco tarraconense mientras decía misa el domingo y, a la vez, los de la mesa electoral que se había montado a lo meapilas en su iglesia iban recontando los votos al pie del altar a la vista de la Virgen de la Estaca, interventora de mesa, y de san Apapucio bendito, apoderado de la Cup (ateos hasta un límite, noi, que «desde la alforja hasta el jumento todo es bueno pal convento»).

Toca desarmar el lenguaje, desnacionalizarlo. Si los nietos que reían las batallitas de su abuelo con los grises tienen ahora las suyas con los robocops, malo... el videojuego está armado.

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