Diario de León

'EL FERROCARRIL SUBTERRÁNEO'

Colson Whitehead: "Los nazis tomaron sus ideas de pureza racial de EEUU"

El autor de 'El ferrocarril subterráneo' recuerda que Donald Trump ha "envalentonado" a los racistas e intolerantes, pero que estos ya existían

Colson Whitehead

Colson Whitehead

Publicado por
ERNEST ALÓS
León

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‘El ferrocarril subterráneo’ (Literatura Random House / Periscopi), la novela que obtuvo el Pulitzer del 2017 y el National Book Award del 2016, empieza como un relato de la esclavitud en una plantación del Estado de Georgia, en la línea de Alex Haley o aún más del ‘Beloved’ de Toni Morrison. Esta también una épica persecución por un cazarrecompensas digno de Cormac McCarthy. Pero tras un giro con elementos fantásticos, seguido de otro, y otro, deja de serlo. El ferrocarril subterráneo, la red de evasión de esclavos del Sur al Norte, pasa a ser un tren real. El régimen de esclavitud en Carolina del Sur es una distopía eugenésica, empeorada por lo que la esclava fugitiva Cora encuentra después en la Carolina del Norte. Su autor, Colson Whitehead, ha estado en Barcelona para presentar este libro que analizó el pecado riginal del esclavismo en EEUU en las vísperas de la victoria de Trump.

¿Por qué ese doble nivel, la historia realista y la fantástica?  Si yo hubiese hecho una novela sobre las evasiones de esclavos hacia el Norte sería una historia convencional. Quería evitarlo. Elegí la fantasía, pero hay toda una serie de razones para que lo que sucede primero en Georgia sea diferente: empiezo en una plantación realista, presento a los personajes, doy un testimonio, por modesto que sea, de cuál era el contexto de la esclavitud, antes de entrar en un territorio extraño y trastocar las cosas.

En Carolina del Sur plantea un extraño régimen de protección de los esclavos que esconde propósitos siniestros. En Carolina del Norte, una persecución salvaje. Son dos ‘trastocamientos’ casi más imaginativos que ese ferrocarril real. ¿Qué raíces históricas tienen esas dos distopías esclavistas?  Desde el principio quería que cada Estado fuese una América alternativa, una exageración de lo que realmente pasó, una versión de lo que podría haber sido. Un Estado utópico negro como la granja de Valentine, en Indiana, un Estado supremacista, en Carolina del Norte, un Gobierno más benevolente en Carolina del Sur, y utilizar capítulos de la historia para hacer un retrato global de América. No quería ceñirme a los hechos pero sí a la verdad. Después de la guerra civil, en la era de Jim Crow, caracterizada por el terror racial, ¿cuál sería la extensión natural de ella? La Solución Final del problema negro, que sitúo en Carolina del Norte. En Carolina del Sur, a los negros se les da libertad, trabajo, educación, en una especie de programa de la Gran Sociedad de los años 60. Pero a cara oscura de la intervención estatal fue la esterilización forazada de inmigrantes y gente de color, experimentos médicos como el de Tuskegee… He tomado episodios reales para poner luz sobre lo que sucedía en 1850.

Un personaje del libro parece resumir el punto de vista del libro. Viene a decir que EEUU arrastra un pecado original.  Ese personaje dice que si hubiese alguna justicia en el mundo, EEUU no debería existir, porque sus cimientos son el asesinato, el robo y la crueldad. Los personajes del libro se refieren al exterminio de los indígenas. Pero las mujeres no tenían derechos entonces, y aún hay discriminación de género. No es necesario concentrarse en una sola plaga de nuestro sistema, hay donde elegir.

En esta misma línea, Cora, escondida en un desván en Carolina del Sur para evitar ser descubierta y colgada, ¿es solo una referencia a la historia real de Harriet Jacobs, o lanza un guiño a Ana Frank?  Sí, por supuesto, en esos capítulos utilizo el lenguaje de la Alemania nazi, la solución final del problema negro a través del exterminio. No es casual: los nazis tomaron sus ideas del racismo científico y eugenésico de principios del siglo XX en EEUU, que inventó las ideas de pureza racial, esterilización de inadaptados… Esta estructura fantástica me permite hacer dialogar las realidades de la opresión de la gente negra en EEUU y la situación de los judíos en la Europa de 1940. La extensión de las leyes raciales en el Sur es lo que los nazis instauraron.

¿Y por qué el fracaso de esta especie de granja utópica?  Es lo que suele suceder, la mayoría de comunidades utópicas acaban colapsando. En EEUU asesinamos a nuestros mesías: JFK, Martin Luther King. Los experimentos de comunidades agrarias negras autosuficientes fueron incendiados por sus vecinos blancos. Un lugar utópico como la granja de Valentine no puede existir mucho tiempo en América.

Hay un recurso narrativo interesante en el libro: los carteles de ‘se busca’ con la descripción de los esclavos fugitivos . Los cuatro primeros son reales, el de Cora lo inventé. Como autor de ficción me gusta imaginar, pero no podía competir con esos anuncios. Ocho líneas que contienen tanto... “Recompensa por mi esclava Bessie que huyó sin motivo…”; “tiene una quemadura en la espalda”… El periodista que redacta esos anuncios también está dentro del sistema esclavista. Y el carpintero que talla zuecos para los esclavos… Es una indicación de que hasta qué punto todos estaban en el negocio del esclavismo. Y como están todos muertos, no me pueden demandar.

Pero sus bisnietos están vivos, y quizá disfruten de un patrimonio que viene de esa explotación.  En algunos países hay debate sobre el papel que tuvieron en el comercio de esclavos. Utilizo como barco esclavista uno real, de Liverpool, un centro del comercio de esclavos pero que hoy tiene un museo sobre ello… aunque está lleno de calles con nombres de políticos que se hicieron ricos gracias al esclavismo. ¿Qué haces, quitas los nombres de las calles, derruyes edificios?

La retirada de la estatua del general sudista Robert E. Lee en Charlottesville acabó fatal. ¿Qué opina de las reacciones que generó, incluyendo la del presidente Trump?  Si se explicase de verdad qué fue la esclavitud en las escuelas, probablemente esta estatua no estaría allí. Aunque lo importante es no eliminar los episodios desagradables de la historia, sino aprender de ellos, no sé por qué debe haber una estatua de Lee. ¿Para intimidar? ¿Para reafirmar la supremacía blanca? A lo mejor sería mejor poner una estatua de Richard Pryor.

Y Trump…  Habla en nombre de un gran porcentaje del país que es intolerante, racista, detesta a los inmigrantes, a los mujeres, los gays y las lesbianas. Esta gente no ha aparecido porque haya llegado Trump, él las ha envalentonado para que actúen y hablen de una manera que no habría hecho hace cuatro años. 63 millones de personas votaron por Trump y están de acuerdo con su intolerancia.

¿Cómo pasa un país en cuatro años de reelegir al primer presidente afroamericano a elegir a Trump?  Hay gente que ve cualquier avance de las mujeres o de los negros como una pérdida de poder del varón blanco. Cuando Trump dice ‘haremos que América vuelva a ser grande’ está diciendo ‘volvamos a la América de los años 50 en que no nos teníamos que preocupar ni de los negros ni de las mujeres'. Y recordemos que Obama fue elegido por el 51% de los votos; es decir, el 49% no votaron por él. George Carlin dice que el ciudadano medio es bastante tonto. Es decir, la mitad que está por debajo de la media lo es mucho.

¿Cómo avanza la serie de Amazon que adaptará ‘El ferrocarril subterráneo?  La dirigirá Barry Jenkins [ganador del Oscar por ‘Moonlinght’], será una miniserie de ocho capítulos. Está acabándose el trabajo con los guiones y si todo va bien entrará en producción en el 2018.

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