Herminia Francisco, 109 años buscando el sol

maría j. muñiz | león

Desde que hace cinco años se rompió la cadera y dejó de andar el rato más feliz de sus días es el que pasa en el patio, exprimiendo el calor del sol. Una de las cosas que más le ha gustado siempre. Eso y tener la familia cerca, aunque ahora ya es difícil juntarles. Tiene cuatro hijos, siete nietos, ocho biznietos y un tataranieto, Leo. Y hoy cumple 109 años.

Herminia Francisco es la segunda mujer con más edad de la provincia, y sigue sin tomar ni una pastilla. Sin más enfermedad que el desgaste de los años, le gusta comer de todo, pero «sobre todo dulce». Recuerda una vida de trabajo, sacando adelante a la chiquillada y «yendo todos los días con el azadón a mullir la tierra mientras el puchero se dejaba preparado en casa». Entre Villarroañe, donde nació, y Santa Olaja de la Ribera, donde ha vivido. De fiesta, a Villaverde. Sólo fue una vez a Gijón a ver el mar.

Más de un siglo de vida que se quebró hace ya más de 50 años, cuando su marido falleció. «Se fue pronto». Ella creyó que no tardaría mucho en acompañarle. En esas sigue.

Hace no tanto aún posaba coqueta para la foto. De pronto asomó delator entre el oscuro ropaje de Herminia el encaje azul cielo de una enagua. «Madre, cuidado, que se le ve el relicario», se apuró una de sus hijas a corregir la indumentaria para pasar con decoro a la posteridad. «A mi ya, qué más me da...» Cada vez lo repite más.

La provincia tiene actualmente a 17 habitantes que superan los 105 años de edad, según el Grupo de Investigación Gerontológica. Once de ellos son mujeres. En todo el país son 262 las personas que nacieron antes de 1913, y de ellas 221 son mujeres. La mayor es Ana Vela, que nació en la localidad cordobesa de Puente Genil el 29 de octubre de 1901. Es también la más anciana de Europa.