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Supervivientes leoneses con 700 gramos de vida al nacer

Seis de cada cien bebés nacen prematuros. Una investigación realizada en el Hospital de León demuestra que el masaje de las madres y los padres en la incubadora mejora el sistema neuromotor, aumenta el peso y la altura y desarrolla el apego. El estudio ya ha captado el interés de otros centros hospitalarios que quieren incorporar el protocolo ideado en León

Daniel Fernández y María José Álvarez, con el muñeco que utilizan para enseñar al alumnado a cuidar a prematuros. SECUNDINO PÉREZ

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León

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carmen tapia | león

Una investigación realizada en el Hospital de León demuestra que los recién nacidos prematuros que reciben masajes obtienen una puntuación de 102,9 puntos en la escala de valoración del desarrollo neuromotor Spanish Premie-Neuro, frente a los 96,6 puntos de media del grupo de prematuros que no recibe masaje. Este es sólo uno de los beneficios demostrados en la tesis doctoral de María José Álvarez, profesora del Grado de Fisioterapia de Ponferrada, dirigida por el profesor contratado doctor en Enfermería, Daniel Fernández García.

El equipo de investigación del proyecto PreMas León incluyó un programa de masaje y cinesiterapia (movimiento) aplicado por padres en los cuidados que recibían los recién nacidos prematuros hospitalizados en el servicio de Pediatría del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, a través de una ayuda del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) del Instituto de Salud Carlos III. En el estudio participaron 136 recién nacidos prematuros del Caule, centro hospitalario en el que nacen al año una media de 200 bebés antes de cumplir las 37 semanas de gestación.

La intervención de masaje y cinesiterapia tuvo efectos beneficiosos sobre todos los parámetros del desarrollo antropomético que se midieron. «Los recién nacidos prematuros cuyos padres les aplicaron masaje pesaron, al alta, 350 gramos más que los que no lo recibieron, midieron 2,5 centímetros más y tuvieron un perímetro cefálico 1,8 centímetros superior», explica María José Álvarez.

El estudio midió además otro parámetro novedoso: el apego entre la madre y el recién nacido. «Las madres que aplicaron el protocolo de masaje y cinesiterapia a sus hijos prematuros tuvieron una puntuación significativamente mayor en una escala que permite medir el grado de apego entre la madre y el recién nacido (MAI) que aquellas que no masajearon a sus hijos». El valor medido es de 100,7 con masaje y 92,8 sin el contacto de la piel.

«Fue un caos psicológico». Carmen Fernández es madre de Máximo, un gran prematuro que nació con 745 gramos. «Mi primer contacto con él fue impresionante porque hasta ese momento vivía una situación de angustia con mucha incertidumbre. Nadie me aseguraba nada». Pese a los duros momentos, Carmen sólo tiene palabras de agradecimiento para el personal sanitario de uci, neonatos y pediatría del Hospital de León. «Estoy encantada y agradecidísima». Máximo es hoy un niño inquieto y juguetón. «Hemos conseguido que entre en los percentiles, aunque todavía está muy abajo». Los ojos de Máximo lo expresan todo.

En los últimos 20 años hay una tendencia al aumento en el número de partos prematuros. La fisioterapeuta María José Álvarez lo atribuye al aumento de la edad materna, los problemas de salud de la madre durante el embarazo— relacionados con la mayor edad, como la diabetes y la hipertensión arterial—, un incremento en los tratamientos de fertilidad y las modificaciones en las prácticas obstétricas, como el incremento de cesáreas pretérmino.

Los resultados de la investigación realizada en León, publicados en las revista Journal of Pediatric Nursing e International Journal of Nursin Studies (la primera de esta categoría a nivel mundial) ha despertado el interés de centros hospitalarios como Puerta de Hierro de Madrid, que empezará a aplicar el protocolo en el servicio neonatal.

Impacto en las familias

La prematuridad también tiene un fuerte impacto sobre la economía familiar, gastos que son difíciles de cuantificar. Incluyen las necesidades de desplazamiento y manutención durante el tiempo que el neonato está hospitalizado, el cuidado de los hermanos si los tuviera, la necesidad, en muchos casos, de modificar la rutina laboral de alguno de los progenitores con reducción de jornada laboral y posponer el reingreso al puesto de trabajo.

El 50% de los niños nacidos antes de las 37 semanas de gestación tienen alguna necesidad educativa especial.