Cerrar
Publicado por
pEDRO TRAPIELLO
León

Creado:

Actualizado:

A todos nos ocurre que, en medio de un sueño plácido o excitante, nos despertamos de repente algo desconcerados, comprobamos con súbita tristeza que sólo se trataba de un sueño -ah, fantasías- y la primera reacción es cerrar los ojos haciendo lo imposible por reconciliar el sueño y reengancharnos sin más al estupendo relato que nos alegraba las pajarillas, algo que se antoja nada fácil, aunque en alguna ocasión se pilla enlace y se retoma la función, pero en ese caso es probable que el guión interruptus se torne errático y lo que comenzó como un alegre sueño concluya en pesadilla o en aburrido caos sin sentido.

Quizá sólo así se entienda lo que hoy quiere votar esa mitad de catalanes ultraconvencidos de que hay que independizarse, enrepublicarse y enrolarse en la carabela «La Tribu Feliz», esa catedral de velamen arbolado que surca los mares de los Països Catalans y en cuyo castillo de popa quiere oficiar su ansiado tedeum el obispo de Solsona tras arengar a la tripulación con los salmos imprecatorios contra babilonios y enemigos del pueblo elegido... qué bonita carabela, qué sueño homérico, qué gran tierra a la vista, qué dinamarcas catalanas y mediterráneas... pero aquel sueño-carabela del 1 de Octubre se esmorrió contra el espigón al enfilar su proa la curvada bocana del puerto... la fantasía soberanista se interrumpió de «golpe», a las bravas, malamente... ¿y despertaron?, ¿despidieron al capitán o dimitió el almirante por tanta torpeza al timón al atracar el buque?... quiá, todos cerraron los ojos para verse el ombligo por dentro y reengancharse al sueño de la gran carabela.

Hoy se enrolarán otra vez. Duerme, noi, vota carabela, sueña y, al menos, en sueños izarás cada día tu bandera.

Esto es todo, ¿a qué cambiar el sueño si es tan bonito?... resumido: hoy sueña el que vota (y el que mira)... mañana soñaremos todos con que la lotería nos independice de los tontos y de estas broncas... y pasado, soñará cada cual con que su equipo gane el barsamadrí. Ilusiones. Vanas. «De ilusión también se vive», se consuela el perdedor... y Peláez rejonea: «Sólo vive de ilusiones el tonto de los cojones».