El enigma: un borrón dedicado a Lucio aparece

Uno de los misterios que encierran los Libros de Vagos y Maleantes que custodia el Archivo Histórico Provincial de León es el de Lucio Carabias, el diseñador de la alta sociedad que desapareció a finales de los años sesenta, abandonando su taller de la noche a la mañana. Lucio era homosexual, travesti, según destacaba en un artículo anterior su sobrino, Fernando Carabias, que asegura que su tío se trasladó a Valencia y de allí a Canarias, donde presumiblemente murió.

Su nombre aparece en uno de los cuadernos en un apunte el 10 de agosto de 1966. Sin embargo, el magistrado no escribió nada más, ni la causa, ni la procedencia, ni si había sido acusado o detenido, nada. Todo ello refuerza la tesis de que Lucio fue protegido por algunas de las personalidades políticas de la provincia, como el que fuera jefe del Movimiento y gobernador civil de León, Luis Ameijide. El primer taller de Lucio estuvo en la avenida de Roma, pero pronto se le quedó pequeño. Su talento hizo que la clientela se multiplicara y su negocio creciera. A los pocos años, se trasladó a la avenida de José Antonio (ahora Gran Vía de San Marcos) y con ello aumentó el número de oficialas y trabajadores. «Era un entorno de trabajo muy agradable. A su casa acudía la ‘nata’ de la sociedad leonesa. Los encargos crecían de día en día y los peques —así llamaban a los niños que repartían a domicilio— no daban abasto». Esta oficiala, que prefiere mantener el anonimato, destaca que todas ellas aprendieron mucho con Lucio, tanto que al cerrarse el taller continuaron ejerciendo la profesión.