EN CANTABRIA
La mandíbula hallada en el Ebro no es de unas niñas desaparecidas hace 25 años
El resultado del ADN lo descarta pero la investigación sigue abierta para esclarecer su procedencia
El cotejo del ADN de la mandíbula localizada en el embalse del Ebro, en Cantabria, no refleja "ninguna coincidencia" con los datos de familiares de personas desaparecidas, aunque la investigación sobre este resto humano continuará para averiguar su procedencia.
Así lo ha informado esta mañana de jueves, 1 de febrero, a través de un comunicado la Guardia Civil, tras las pruebas de ADN realizadas por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid.
El hallazgo de la mandíbula a consecuencia de la bajada del agua en el embalse por la sequía sacó a la luz de nuevo el caso de la desaparición de dos niñas de la localidad palentina de Aguilar de Campoo hace 25 años, Virginia Guerrero, de 14 años, y Manuela Torres, de 13.
El pasado día 12 de octubre fue hallada en la orilla del embalse del Ebro, término municipal de Campoo de Yuso, la parte inferior de una mandíbula de apariencia humana. Se hicieron cargo de la investigación especialistas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cantabria.
En las proximidades del lugar donde fue hallada la mandíbula se encuentra un antiguo cementerio, que, si bien habitualmente está cubierto por el agua, con el episodio de sequía del pasado verano quedó al descubierto.
En este sentido, una de las hipótesis de trabajo era que dicho resto procediera del mencionado camposanto, aunque no se descartaron otras posibilidades, por lo que comenzaron todas las acciones pertinentes para averiguar la procedencia de la misma.
Al no encontrarse ninguna coincidencia con los datos de ADN de familiares de personas desaparecidas que se encuentran en el 'Programa Fénix', la investigación continuará para tratar de averiguar la procedencia de la mandíbula.