«Hacer las tareas del hogar es ejercicio y protege del cáncer»

ana gaitero | león

El sedentarismo ya es «una pandemia», asegura José Luis Mauriz, profesor del departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de León. Hoy habla del ejercicio físico en la prevención del cáncer dentro de las jornadas de sensibilización que organiza la AECC en colaboración con el Ayuntamiento de San Andrés. La charla es en el Aula Uned-Cepa Concha Casado a las 18.30 horas (calle Cardenal Cisneros, 21).

—Hay más esperanza de vida y más cáncer. ¿Qué aportan las ciencias biomédicas en este contexto?

—En pleno siglo XXI la investigación biomédica contra el cáncer se centra en diversos ámbitos como la prevención, un mayor conocimiento molecular de la enfermedad, la mejoría de los tratamientos antitumorales actuales y la generación de otros nuevos.

—¿Qué importancia tiene el ejercicio físico en la prevención del cáncer?

—El ejercicio físico, junto con una dieta equilibrada y la reducción de los hábitos tóxicos alcoholismo o tabaquismo), forma parte las medidas preventivas ante un gran número de enfermedades, entre ellas el cáncer.

—¿Qué consecuencias tiene el sedentarismo?

—La falta de ejercicio físico o sedentarismo, lleva a un incremento en la obesidad, acumulación de grasa en los tejidos, hiperglucemia, resistencia a la insulina, incremento en la producción de algunas hormonas y factores de crecimiento e incluso síndrome metabólico. Estas variables, junto con otras, se han relacionado con un incremento en la probabilidad de padecer tumores de mama, próstata, colorrectales, útero, etc. El ejercicio contribuye a normalizar dichos parámetros e incluso a mejorar el funcionamiento del sistema inmune lo que reduce la probabilidad de padecer cáncer.

—¿Cuánto ejercicio se recomienda a la semana?

—El organismo humano está preparado para el movimiento y el sedentarismo hace que nuestro cuerpo no actúe adecuadamente. Es importante realizar un mínimo de 30 a 60 minutos diarios de ejercicio moderado al menos 5 días a la semana.

—¿Hay que ser prudentes?

—El ejercicio debe tener en cuenta la situación física de cada persona (edad, presencia de enfermedades, tratamientos farmacológicos, dieta, etc, e informar a nuestro médico si fuese necesario). Se recomienda comenzar con ejercicios ligeros (como caminar, realizar las tareas del hogar, subir escaleras o bailar), e ir incrementando con el tiempo progresivamente la intensidad y duración, y si es posible realizar ejercicios variados (nadar, ir al gimnasio, practicar ciclismo, etc). La mayoría de los estudios muestran que, dentro de un límite, a mayor duración e intensidad del ejercicio físico menor probabilidad de padecer cáncer; no obstante, no se pretende que nadie sea campeón olímpico sino que se mantenga físicamente activo evitando el sedentarismo.

—¿Hacen más ejercicio hombres o mujeres?

—El problema actual del sedentarismo afecta a ambos sexos. En países como España, el sedentarismo se ha constituido en una verdadera pandemia. Por otro lado, el ejercicio físico presenta beneficios para todos desde el punto de vista de la prevención del cáncer y de otras patologías (como las cardiovasculares, metabólicas o las relacionadas con el aparato locomotor).

—¿Con qué población hay que trabajar más este hábito saludable?

—Es recomendable que todos los individuos, dentro de sus posibilidades, practiquen ejercicio físico. Es importante comenzar a trabajar con los niños para que mantengan este hábito a lo largo de toda su vida.

Desde el punto de vista en la prevención del cáncer los mejores resultados se obtienen en personas que realizan ejercicio físico de forma habitual desde que eran jóvenes. No obstante, se observan también buenos resultados en adultos, ancianos e incluso en pacientes que padecen o han padecido cáncer. Además, en éstos últimos el ejercicio físico se asocia con una mejoría de su autopercepción, reducción de la ansiedad e incluso mejoría en el apetito y la calidad del sueño, favoreciendo su recuperación. Por todo ello, los científicos y los médicos recomendamos la realización de ejercicio físico de forma habitual, junto con una dieta equilibrada y una reducción en los hábitos tóxicos (tabaquismo, alcholismo, etc).