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Un millar de plebeyos en la boda real
El príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle quieren que sean testigos del paseo.
J. L. Álvarez | madrid
La boda del príncipe Enrique de Inglaterra y la actriz estadounidense Meghan Markle, el 19 de mayo, supondrá toda un revolución en el encorsetado protocolo de la familia real británica. Y es que la pareja ha decidido invitar a la ceremonia a 2.640 personas, de las que 1.200 serán ciudadanos de a pie, plebeyos que serán testigos privilegiados de uno de los eventos más señalados del año.
El palacio de Kensington, en un inusual comunicado oficial, anunció que la pareja quiere que «todo el mundo se sienta parte de la celebración, un momento de alegría y diversión» y que, además, los novios vean «reflejada su personalidad», esto es, abierta a la población. Como no todos cabrán en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor (cerca de Londres), los 1.200 ciudadanos ‘normales’ se tendrán que conformar con ver la llegada de los novios y de los invitados al templo. También presenciarán el ya tradicional saludo y el paseo en carroza. No podrán ver ni oír dentro de la capilla el ‘sí, quiero’ de la pareja durante la ceremonia que oficiará el dean de Windsor, David Conner.
Los privilegiados
Pero ¿quiénes serán los agraciados con la invitación? Según el comunicado, personas de «todo tipo de procedencias y edades». Los afortunados serán elegidos «desde las nueve oficinas regionales de representantes de la Corona» y serán ciudadanos, entre los que habrá jóvenes, que «hayan mostrado un fuerte liderazgo y que hayan servido en sus comunidades».
También habrá un centenar de estudiantes de las escuelas vecinas y unas 200 personas que serán elegidas de entre diversas ONG con las que Enrique de Inglaterra colabora. El cupo de plebeyos se contempla con 610 miembros del personal que trabaja para la Casa Real.
Junto a ellos acudirán las familias del novio y la novia, 530 representantes de casas reales y otros invitados pertenecientes a las instituciones políticas y sociales del Reino Unido, así como del mundo de la cultura, entre los que habrá creadores y, como viene siendo habitual -y en este caso más, dado que la novia pertenece al gremio-, artistas y músicos. En cambio, aún no se sabe si asistirá al enlace el exmarido de Meghan Markle, el productor cinematográfico Trevor Engleson, de quien se divorció en 2013.
Como ocurrió con la boda de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales y con la de su hermano Guillermo y Catalina, la instantánea que más buscarán las cámaras será la del beso nupcial. Este no tendrá como escenario el balcón del palacio de Buckingham, sino una de las balconadas del castillo de Windsor que dan al jardín, donde esperarán todos los invitados. La celebración posterior al enlace podría contar con la actuación de estrellas del pop.