Diario de León

JOSÉ ANTONIO MALDONADO

«Temo a la Semana Santa más que a una vara verde»

El meteorólogo preside la jornada científica en León

El meteorólogo José Antonio Maldonado preside mañana la jornada científica de la Aemet en León.

El meteorólogo José Antonio Maldonado preside mañana la jornada científica de la Aemet en León.

León

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Profesionales de la meteorología de España y Portugal se reúnen mañana por primera vez en León en un encuentro científico de tres días de duración para abordar La previsión del tiempo y el clima orientadas al impacto de la población, un estudio multidisciplinar de la meteorología, cada vez más utilizada en sectores de trascendencia social y económica. En la jornada de inauguración estarán hoy en León el presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Miguel Ángel López, la vicepresidenta de la Asociación Portuguesa de Meteorología y Geofísica, Lourdes Bugalho y el presidente de honor de la Asociación Meteorológica Española, José Antonio Maldonado.

—¿Por qué han elegido León?

—La entonces Asociación Meteorológica se reúne desde 1969 y desde hace unos años lo hace junto a la asociación portuguesa. Son jornadas científicas anuales. El primer año, en 1969, fue en Salamanca y desde entonces no se había vuelto a Castilla y León. Lo propuse por varias razones. Han mejorado mucho las infraestructuras ferroviarias con el Ave y por carretera, que acorta el tiempo de viaje, porque León es una ciudad con mucha raigambre y porque este año es capital de la gastronomía española. Fue aprobado por unanimidad.

—El tiempo y el clima interesan cada vez más a la gente...

—El tiempo le ha interesado al hombre desde que era nómada y tenía que vivir de la recogida y guarecerse en cuevas donde hiciera el menor frío. Los primeros demandantes de predicción de tiempo fueron la gente del campo, que era todo el mundo, y los pescadores, porque el hombre vivía de la caza y la pesca. Hoy día interfiere en toda la vida social, económica, de ocio. Y no digamos en Semana Santa que nos vuelven locos. A la Semana Santa le temo yo más que a una vara verde porque las cofradías están muy pendientes del tiempo para ver si salen o no salen. El resto del año no se acuerdan de nosotros. Yo soy sevillano, pero León también tiene una Semana Santa importante y dependen mucho del tiempo para salir.

—Ahora Aemet anuncia que va a cobrar a las cofradías por el servicio individualizado del pronóstico del tiempo.

—Yo no estoy de acuerdo. Aemet es un servicio público. Antes de existir las redes sociales y la mensajería móvil llamaban las cofradías por teléfono para preguntar por el tiempo, pero ahora la comunicación es más fácil y ágil y esa información es muy importante para ellos.

—¿La Semana Santa es el sector que más reclama predicción del tiempo?

—Si, sin duda. Se bate récords de visitas si el tiempo está inseguro. La gente que vive en la localidad está pendiente de sus cofradías y hermandades. Otros porque se van fuera unos días y quieren saber el tiempo que va a hacer.

—La Semana Santa es una actividad que mueve turismo y dinero.

—Mucho. Por eso los hoteleros del Norte, los del Cantábrico, protestan mucho. Si anuncias cuatro días antes que va a hacer mal tiempo se enfadan.

—Pero el mal tiempo no es culpa del meteorólogo.

—No. Yo les digo ‘¡pero enfadados después!’. Esto es pronóstico. Recuerdo en el año 1988 que la semana antes de la Semana Santa estaba haciendo un tiempo primaveral, de verano, pero se veía que aquello iba a dar un cambiazo radical. Yo estaba aguantando. Jamás he dado un pronóstico que no fuera el que creía que iba a pasar, pero en ese caso aguanté porque sabía lo que se podía liar, como pasó. El Viernes de Dolores decidí anunciarlo. Aquel día me fui a la localidad valenciana de Alcira para dar el pregón de la Semana Santa al día siguiente. Entonces no había móviles. Cuando llegué al hotel ya me habían localizado y tenía un montón de llamadas procedentes de la Red de Turismo de Cantabria, de un montón de gente reprochándome el pronóstico. Se enfadaron mucho, pero el tiempo cambió tanto que nevó en todas partes.

—¿Alguna vez ha recibido presiones para no de un pronóstico que usted sabía que iba a ocurrir?

—Antes del pronóstico no, se enfadan después cuando no les gusta. Nunca he tenido miedo de dar mis pronósticos, me daba pena.

—¿Cómo lleva ese dicho de que ‘te equivocas más que el hombre del tiempo’?

—Eso es una tontería muy gorda. Se equivocan mucho más los periodistas diciendo la alineación del Barcelona, o los que hacen predicciones del resultado de los partidos.

—Todos nos equivocamos. En el caso de los meteorólogos, muchos sectores económicos están pendientes de la evolución del tiempo y sus predicciones.

—Nosotros no decimos que va a llover o va a nevar. Decimos que es probable. No podemos afirmar. Si nos piden un pronóstico tienen que saber que todos nos estamos arriesgando, evidentemente. Hoy día los pronósticos salen la mayor parte de las veces, lo que pasa es que cuando no salen te ponen en los carteles.

—¿La tecnología ha facilitado que cada vez haya menos errores?

—Por supuesto. Yo empecé hace 47 años en lo que entonces se llamaba Servicio Meteorológico Nacional y luego Instituto Nacional y hoy Aemet. Los medios han cambiado, pero en cuando a la previsión ahora ya ha cambiado poco. Yo contaba con los mismos medios que tiene la televisión ahora. Colaboro en la página web eltiempo.es, lo hago gratis.

—¿Cuántas visitas tiene la página al día?

—Ahora tiene 1,2 millones de visitantes únicos al día.

—¿Cree que existe el cambio climático?

—El clima está cambiando desde que existe la Tierra. Lo que se plantea es si el hombre influye en el cambio natural del clima. Hay mayoría que piensa que sí. Este invierno es un hecho puntual, igual que si viene mucho calor. Hay que ver la continuidad y desde el año 50 del siglo pasado se ha notado una tendencia al ascenso de las temperaturas. Es evidente que hay un calentamiento. De lo que tengo menos certeza es del IPCC, un organismo compuesto por científicos de todos los países que recopilan los trabajos que se hacen acerca de la evolución de clima y hacen proyecciones de cómo será el clima dentro de 50 años. Yo con eso no comulgo. No sabemos cómo van a evolucionar las machas solares ni las erupciones volcánicas, y no podemos saber cómo va a evolucionar la temperatura. Dicen que la temperatura va a subir entre 2º y 4º , pero entre 2 y 4 hay una diferencia muy grande. También dicen que el mar va a subir entre 1 y 3 metros, pero no es lo mismo 1 que 3 metros. En eso no estoy de acuerdo, pero en el hecho de que hay un calentamiento en el que muy probablemente el hombre ha influido, eso sí.

—¿Ha facilitado la tecnología el trabajo para la predicción del tiempo?

—Hay mucha confusión con eso. Muchas gente me dice que ahora con los satélites y los radares no podemos equivocarnos en las predicciones. El satélite hace una radiografía de la atmósfera y te sirve de herramienta de predicción a corto plazo, un día como mucho. Los radares te dicen dónde y cuánto está lloviendo. Pero el pronóstico para cuatro o seis días no se hace así. Un buen pronóstico más a largo plazo se hace mediante ecuaciones físicas y matemáticas. Por eso hay que saber de qué va el tema. Las oposiciones son durísimas.

—En los pueblos de la provincia de León hay mucha tradición de hacer las cabañuelas, un sistema que se basan en la observación de dos ciclos de una docena de días cada uno que representan a los 12 meses del año, desde el 13 de diciembre hasta el 6 de enero, y luego a la inversa.

—Lo conozco. Eso no tiene ningún sentido. Lo respeto pero no son nada fiables.

—¿No tiene la sensación de que ahora se hace espectáculo con la información del tiempo?. Últimamente son frecuentes expresiones como ‘ciclogénesis explosiva’, ‘ola de frío polar’, ‘calor sahariano’...

—Yo no comulgo tampoco con esas expresiones, pero bueno.... Cualquier borrasca es un ciclón. Explosiva es cuando baja bruscamente de temperatura. A mí no me gusta utilizar explosiva, pero eso es lo que hay. Espectáculo no se hace, pero hay compañeros a los que se le ocurrió ese nombre y se emplea.

—¿En qué campos se puede utilizar la meteorología que todavía no está muy desarrollada?

—No se me ocurre ninguno. Ya está en todas partes.

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