Morir en soledad
Adiós a la vida sin compañía. Las muertes de personas mayores que viven solas salpican las noticias como hechos aislados en las últimas décadas. El bullicio de la ciudad a veces es un silencioso cementerio que nadie ve. Un total de 144 personas han sido halladas muertas en sus domicilios en los últimos cinco años y lo de que va de 2018 en León capital. Una ‘epidemia’ social que salpica también a menudo a los pueblos..
ana gaitero | león
El ser humano nace solo y muere solo. Nacer y morir son dos sucesos intransferibles. Cosa muy distinta es morir en soledad. Para nacer siempre hay una madre. Para decir el último adiós a veces solo hay silencio. Cuando no desamparo. En los últimos cinco años y dos meses la Policía Local de León ha intervenido en 144 domicilios en los que nadie respondía al otro lado de la puerta. Solo la muerte. O sola la muerte.
El peor año fue 2016, con un total de 39 casos, según los datos facilitados por el Ayuntamiento de León. Una cifra similar se registró en el 2013, con 37 personas encontradas en sus domicilios después de fallecer.
A veces son noticias que estremecen, como cuando hace ocho años, en el intervalo de dos semanas, fueron encontrados los cadáveres de dos mujeres que llevaban muertas ya no días sino meses, en pleno centro de León. Una en Gran Vía de San Marcos y otra en Ordoño II.
Lo lastimoso de estos casos es que nadie las echó en falta. No tenían familia. Pero la comunidad, en sentido amplio, tampoco se enteró. El Ayuntamiento de León sólo registra la variable de sexo, no la edad ni el motivo del fallecimiento. Según estos datos, hay más hombres que mujeres que mueren en soledad. En el período 2013-2018, un total de 87 varones y 57 mujeres fueron encontrados en sus hogares de cuerpo presente.
A veces ni siquiera son noticia. El Ayuntamiento de León advierte de que puede haber otros casos en los que no haya intervenido la Policía Local. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, a través de la Subdelegación del Gobierno, han remitido a este periódico al portal de Transparencia para reunir los datos sobre personas fallecidas solas en casa, a pesar de que se lleva un registro de las mismas.
La soledad es una epidemia en las ciudades de la que se van contagiando los pueblos. bre la que alerta Cruz Roja, que señala que el 26% de las personas que atiende viven solas. Hace tan solo unos días se dio el caso de una mujer de 65 años en Astorga y semanas atrás se produjo otro caso en Valencia de Don Juan.
La soledad se palpa en los servicios hospitalarios. «Es un problema candente», admite el gerente del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule). El año pasado fueron atendidos 17 casos de los llamados de prioridad social, pacientes sin soporte ni recursos económicos y que por sus condiciones precisaban un centro urgente.
Asimismo, más de 100 pacientes sin ninguna vinculación familiar, ni vecinal, que vivían solos. El departamento de Trabajo Social del Caule solucionó estos casos sin soporte «mediante traslado a cama sociosanitaria con solicitud de ayuda a domicilio u otros recursos o bien traslado a centro privado cuando contaban con alguna pensión o ahorros, para que allí se les pueda tramitar la dependencia y acceder a centro público», explica. En todos los casos se informa de la situación al Ceas correspondiente y a la trabajadora social del centro de salud.
Asimismo, en el Caule fueron solucionados de la misma manera otros 150 pacientes con escaso soporte, personas que viven con familiares discapacitados que no pueden atenderle o que dependen de vecinos, familiares que están pendientes de forma puntual.
Por su parte, el Ayuntamiento de León anota los recursos que dedica a las personas mayores y a paliar la soledad, con la sospecha de que las personas mayores son las más vulnerables al problema. El servicio de ayuda a domicilio llega 636 personas de la capital y la teleasistencia a 982. En 2016, el Teléfono de la Esperanza inició un programa de acompañamiento telefónico. Un toral de 160 personas mantienen contacto telefónico y se ha conseguido crear un grupo de 40 personas que asisten a la asociación rompiendo su situación de soledad, explican fuentes municipales.
Además, más de 15.000 personas participan en los programas de ocio municipal, desde los bailes para mayores hasta las aulas de memoria, actividad física, programa intergeneracional, etc.
TELEASISTENCIA
En la provincia un total de 3.123 personas están en el programa de teleasistencia domiciliaria que Cruz Roja Española desarrolla en León desde hace 25 años. Este dispositivo, que cuenta con los certificados de calidad más reputados, tiene como finalidad «promover la autonomía e independencia de las personas, aportando seguridad y tranquilidad tanto a la persona usuaria como a sus familiares», explica la entidad.
Está especialmente indicado para personas mayores, discapacitadas y/o dependientes. La teleasistencia ofrece atención inmediata ante urgencias domésticas y sanitarias, seguimiento individualizado y visitas del personal de Cruz Roja, agendas para recordar datos importantes y aviso a familiares, así como actividades de ocio y cultura.
Cruz Roja subraya que «el funcionamiento es muy sencillo». Consta de una plataforma, conectada la línea telefónica y a la alimentación eléctrica, que se instala en el domicilio de la persona usuaria, que recibe un pulsador en forma de colgante.
Con sólo apretar el botón del colgante, la persona usuaria establece contacto con la Central de Atención de Cruz Roja, donde un equipo de profesionales atiende la llamada y da respuesta a la situación planteada, movilizando los recursos que se precisen, en función de cada caso.
Así, gracias a este sistema, la persona usuaria puede continuar viviendo en su casa, con la garantía de que ante cualquier situación de necesidad que se le presente puede solicitar ayuda, recibiendo apoyo inmediato las 24 horas, los 365 días al año.
Con la edad aumenta la posibilidad de vivir en soledad. Se ha observado en los últimos años un incremento de los hogares unipersonales en personas de 65 y más años, aunque las proporciones son más bajas que en otros países europeos. En cuanto a sexos, en España, la proporción de mujeres mayores que vive en soledad supera a la de hombres: cerca del 29 por ciento frente a 14 por ciento.
La soledad no es un problema exclusivo de personas mayores.Hay acontecimientos que pueden interrumpir las conexiones sociales y el contacto con el entorno. La maternidad joven, el desempleo, problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, el hecho de que los hijos abandonen el hogar, el duelo por un ser querido, el divorcio, la emigración o entrar en situación de pobreza pueden traer la soledad.