Magos y maleantes

La magia existe y nos rodea. En realidad, casi todo es magia, empezando por la propia idea madre, España, esta mágica patria... ¿o acaso no es mágico que este país no esté totalmente arruinado después de tantos siglos que llevamos robándole, últimamente a espuertas?... porque robamos, escrito quede el plural acusador y nadie se ofenda o engañe... claro que hay grandes diferencias entre los ladrones del Estado y algo dice de ello el Código Penal, pero también roba el que sólo puede estafar una póliza o un iva sin que podamos saber cuánto podría llegar a robar realmente si tuviera la oportunidad o impunidad que suelen blindar a los ladrones de corbata de seda y decretoley de espuma.

Y cuanto más arriba subes, más magia se ve. Alicia y su país existen.

¿No es magia que un alto político entre en bragas en la universidad y salga revestido de toga magíster y con un máster asomando por la bragueta para dejar clara su voluntad de metérnoslo por el culo a los tontos de Carabaña que se nos engaña con una caña?... ¿no hace magia y alquimia fina el independentismo transmutando el plomo de la realidad cruda en oro de fantasía pura?... ¿no es magia que el fondo de pensiones no pegue el petardazo pasado mañana por la mañana?... ¿y esa magia potagia de redes bancarias para lavar dineros guarros (ahora con bitcoins, ¡el que lava más blanco, señora, compre bitcoins!)?... ¿y no es mágico poder enguarrar nombres blancos con sólo bombardear mentiras o insidias en cada buzón digital?...

La magia es la cara de los dioses, llámalo milagros, y nos fascina toda magia: la blanca, para reírnos; y sin atrevernos a confesarlo, la negra, la que más... ¡haz que se entere ese hijoeputa!, dijo un panameño de candombé al darle un muñequito con alfileres a Paco Granados que después se lo pidió prestado para lo suyo el hijo de Pujol al que conoció en la cárcel.

La magia no es inocente ni en la cabecita de un niño soñándose Potter o de una niña viéndose Embrujada.

Y si este país no quiere ponerse a pedir o venderse, le urge dictar una severa Ley de Magos y Maleantes.