SEMANA MUNDIAL DE LA ALERGIA
La mitad de los pacientes con dermatitis atópica padecen episodios de depresión o ansiedad
Esta enfermedad en la piel puede desembocar en asma o rinitis alérgica
Aproximadamente la mitad de los pacientes con dermatitis atópica padecen episodios de depresión o ansiedad. Además, su progresión puede desembocar en otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis alérgica, sobre todo en los niños, según informa la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (Aada) en el marco de la Semana Mundial de la Alergia, que se celebra del 22 al 28 de abril de este 2018.
Según la asociación, la dermatitis atópica afecta al 20% de los niños y alrededor del 3% de los adultos en todo el mundo. En España se estima que un 3,4% de la población en general la padece. En el ámbito europeo, los pacientes presentan una media de 2,7 días de absentismo laboral debido a su enfermedad.
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que puede cursar con heridas, lesiones cutáneas y prurito intenso. Viene causada por una inflamación en el organismo, que puede ser provocada por la hiperactividad del sistema inmunitario.
Según los especialistas la dermatitis atópica se ha convertido en un problema de salud pública, debido a que en los últimos años ha habido un incremento de su prevalencia y es causante de la 'marcha atópica', que puede producir la progresión de la dermatitis hacia otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis alérgica, sobre todo en los niños. Actualmente, es una enfermedad crónica incurable que debido a sus síntomas puede afectar significativamente a la calidad de vida de los pacientes, según señala la Aada en nota.
Dos variantes
Para la mayoría de los alergólogos y dermatólogos, la dermatitis atópica no está reconocida como una alergia pura, aunque si se le considera una enfermedad heterogénea que puede presentarse en dos variantes en función de la identificación de un desencadenante alergénico: la forma atópica o extrínseca, en la que intervienen alérgenos del entorno (ya sean ambientales o alimentarios), y la forma no atópica o intrínseca que, al igual que la variante anterior, está vinculada a una predisposición genética, alteraciones inmunológicas o alteraciones vasculares, pero en la que no existe una relación de causa-efecto con alérgenos reconocidos.
La asociación tiene como objetivo seguir concienciando sobre los efectos y diagnósticos de esta enfermedad ya que "tiene un impacto devastador en la vida social, laboral y afectiva de los pacientes que la sufren".