CORNADA DE LOBO
Espanto regio
Al vulgo que no alcanza a oros le chifla el bronce, al que aquí llamábamos «metal» lo mismo que al cuero se le decía «material».
El bronce mola porque al ser el metal de las campanas nos permite el campaneo. Se me hace incalculable todo el bronce que en décadas pasadas han vendido los portugueses tan solo a los leoneses de excursión. Toda salita se plagó de barrocos relojes de bronce, candelabros de bronce aviejado, figuritas en bronce rebrillado... reconózcase, aquí rige una propensión enfermiza a ese metal. Se notó hasta la náusea cuando este país nadaba en la ambulacia y rebrotó muy fiera la fiebre del bronce: se propagaron esculturas y adefesios metaloides por toda plaza y avenida de cada ciudad... y en cada rotonda, otra orgía broncínea por si no queríamos caldo... así que de natural debe salirles la inclinación a los que se han empeñado en armarle un bronce desmesurado al «rey nuestro señor» Alfonso IX... por lo de la cuna del parlamentarismo, claro... y por la mano que mece esa cuna, arrorró, duermeté fiu del alma que velu el tu sueñu... pero muy empeñados... y ya dieron a conocer cómo será la cosa y el tamaño que tendrá ese pedazo de rey en barro aún, pero con pies de bronce, cosa admirable, pues según dicen (y es de temer) está casi logrado el empeño... en fin, los lectores ya vieron con todo lujo esa escultura o esa estatua o esa aguerrida figura en las páginas de este diario días atrás... y no sé ellos, pero yo todavia no me he sobrepuesto de la impresión y del espanto... ¡por Tutatis!, ¡voto a bríos!, pero ¿qué es eso?... ¿de qué cómic se escapó?... ¿ese tipo que asoma ahí se empeña en jugar a los tronos o es que alguien ha querido inventar con él un quinto rey de la baraja, el Rey de Lanzas?... ¿y ese casco suyo de motorista medieval?... ¿y esos brazacos musculados de halterofílico chutao?... resumido: es una patada que nos devuelve atrás (viciosa querencia cazurra), al romanticismo historicista y pinturero del XIX, falaz y desmesurado, irreal y no exento de fatua o tardía arrogancia... ¿y con esa lanza y escudo se presentó a las supuestas Cortes?... como para fiarse de él.